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La altura de los obstáculos

According to Pete y Synchronized eran los nombres de dos caballos que cayeron y fallecieron este fin de semana en el Grand National, la competición más espectacular de obstáculos que conozco. Los dos sufrieron sendas lesiones en la disputa de la prueba en el hipódromo británico de Aintree, en Liverpool.

La carrera atrae a los aficionados y a los que no lo son. Sólo así puede entenderse que haya en el mundo 600 millones de espectadores que sigan la prueba por televisión. Pero la brillantez del Grand National se ve empañada por la muerte de los jacos. Hace un año también tuvieron que sacrificar a dos de ellos.

Para evitar más accidentes los organizadores decidieron bajar la altura de los obstáculos, algunos superan los dos metros, pero la respuesta no ha sido la esperada. Sendas lesiones y sendos sacrificios, En el caso de Synchronized causó más disgusto ya que el caballo que montaba Tony McCoy, uno de los mejores jinetes del circuito, partía como favorito. Había ganado este año la Gold Cup y aspiraba a hacer doblete en el Grand National.  Como quiera que en Cheltenham el hipódromo en que se disputó aquella prueba perdieron la vida otros cinco caballos se han disparado las alarmas.

Las asociaciones protectoras de animales manifiestan su protesta ya de forma airada contra estas carreras de obstáculos, en tanto que las organizaciones de las mismas se esmeran en concretar acuerdos que eviten estos accidentes tanto de forma preventiva como en la propia competición.

Por lo demás, en lo estrictamente deportivo, la emoción invadió las gradas puesto que el triunfo se decidió por la foto finísh. Un caballo tordo francés, Neptune Collonges, con la monta de Daryl Jacob, ganó por una nariz a Sunnyhillboy. No contaba en los pronósticos por lo que su triunfo se pagó alto (por cada libra jugada, treinta y tres de premio).

Tampoco le fue mal al propietario, el fabricante de juguetes John Hales, que se embolsó medio millón de libras.

 

 

Iñaki de Mujika