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¡Rodado me quitó el hambre!

Los hijos de Juncal Zaldíbar se levantaron anteanoche poco tiempo después de acostarme. El nerviosismo de los vecinos de arriba lo pagué con creces un piso más abajo. Trompeta, piano eléctrico, alguna moto, coche o camión con estridente motor y un patinete que probaron sin tregua en el pasillo de casa. ¡La madre que les parió!. Inagotables. Desvelado, traté de conciliar el sueño. Cuando lo hice, sonó el despertador. ¡Diana floreada, como en la mili!. Carretera y manta. Me esperaban casi 500 de ida y un partido que, a priori, husmeaba raro. Sueño acumulado por arrobas.

Cabezadita y "siestuki" antes del Helmántico. Para cuando me quise dar cuenta, ya nos habían enchufado la primera descarga. Pasada de voltios, porque tardamos mucho en reaccionar. El equipo dio demasiadas vueltas, sin encontrar un solo resquicio por el que llegar a los dominios de Pagola. Gari Uranga y Díaz de Cerio son santo y seña de este equipo, sobre todo si tiene que sonar el cornetín de órdenes. Coleman tocó el "tararí" y, por primera vez que desde que vive con nosotros, movió ficha por partida doble en el tiempo de la reflexión.

La dupla funcionó porque tiene oficio y casta. Se fue arriba para nivelar un marcador que apuntaba a buen proyecto. Un libre directo nos devolvió, con barrera y todo, a las catacumbas. El golazo de Aranburu nos sacó de ellas y el árbitro nos lanzó hacia el Averno con un penalti imaginativo, impropio de un colegiado que aspire a algo distinto que no sea la jubilación. Es lo menos malo que podemos decir de este trencilla balear, cuya actuación temíamos conocidos los precedentes. En día de regalos fue generoso en una sola dirección. La más fácil y menos comprometida.

Me quedé a dormir en Salamanca. Busqué en las televisiones la repetición de la jugada por si debía desdecirme, pero la TV local ofreció un reportaje sobre el budismo y el modesto hotel en el que me hospedaba no conoce la era digital en su amplia y variada oferta. Opté por darme una vuelta por el peatonalizado centro. Me detuve una vez más a contemplar la Clerecía y cené, "pelín pobre" antes de iniciar hoy mismo el consabido régimen de adelgazamiento. ¡Rodado me quitó el hambre!.

La semana termina con un presidente victorioso y con un conjunto derrotado. Pertenecen todos a la misma institución. Hoy es otro de esos días grandes para la información y para el futuro, porque a la hora del té inglés, se beberán un té chino las partes encargadas de decidir qué hacer con la actual plantilla, con los posibles refuerzos, con los inquilinos del banquillo…El sábado llega el Alavés. De menos a más, el cuadro de Uribe se orienta hacia posiciones de consenso con la tranquilidad. No será fácil derrotarle.

(Este artículo se corresponde con el encuentro Salamanca-Real Sociedad (3-2), en el que la Real pierde de penalty injusto en el minuto 94 de partido)

Iñaki de Mujika