Iñaki de MujikaEl Real Unión firmó el martes una nueva proeza. La 1.001 si hacemos caso a la letra de su himno, pero la primera atendiendo al devenir de los tiempos. Los unionistas eliminan al Real Madrid en dos partidos marcándole seis goles, tres en cada campo, y haciendo historia.
Espléndida la actuación del equipo en el Bernabeu. Se adelantó por dos veces, le remontaron otras tantas y vio perdida la eliminatoria. Un gol de Eneko Romo en el m.90 hizo felices a muchos irundarras. Unos, los menos, presentes en el campo. Otros, en sus casas, echando cohetes y haciendo pública manifestación de alegría. Orgullosos de su equipo.
Los telediarios han abierto sus programas con la "hazaña". Imágenes fantásticas, muy expresivas de la alegría unionista. La misma que compartí anoche cenando en Vips con unos cuantos amigos. Aros de cebolla y hamburguesa, porque a la una de la mañana no te dan otra cosa. Los nuestros, la oficialidad, se fue al Asador Donostiarra para dar rienda suelta a las tensiones acumuladas y cenar "bien" y con vino. Luego, no sé que habrá sucedido.
Bueno, algo sí, porque Schuster está kilikolo tras la eliminación de su equipo. Mientras el técnico durangués se mostró en conferencia de prensa como una efervescente copa de champagne, el alemán enseñó su peor cara. Cuando le preguntaron por qué su equipo encajaba tantos goles, respondió lacónico: "No lo sé. Siento defraudarte por no darte una respuesta".
Los de Iñaki Alonso pasan con humildad a la historia de las buenas gestas. Constituyen un grupo muy unido, capaz de ejercicios como el que nos ocupa, Saben que la plantilla está llena de buenos futbolistas cuya participación el técnico, por ahora al menos, maneja con eficacia. No es fácil. Paul Abásolo, Asier Salcedo y Eneko Romo marcaron ayer los tres tantos, como Juan Domínguez y Goikoetxea se repartieron los de la ida. Cinco futbolistas diferentes para demostrar que cualquiera puede ser protagonista. Cierto es que el equipo ha encajado seis goles, pero se los han enchufado futbolistas de gran nivel como Saviola, Higuaín o Raúl, autor en Chamartín de tres dianas.
Me alegra todo lo que le pasa a este equipo. Disfruté del final feliz en cancha madridista. Pasaron por mi cabeza tantos recuerdos, tantos momentos anteriores, tantas dificultades, que no fue fácil superar tantas emociones. Volví al Bernabeu, me adjudicaron la cabina 15 y viví un partido irrepetible. Lo conté a mi manera, pero sin poder contenerme. Tremendas sensaciones. Lo mismo en la sala de prensa y en los vestuarios. Llevo tanto peregrinaje acumulado que estas vivencias no se pagan con dinero.
