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El Barça de balonmano

El Barça de balonmano, casi líder de la liga y aspirante a ganar el campeonato, prescindió de su entrenador después de perder en la cancha de Valladolid. Era un cese anunciado y previsto. La confianza en Manolo Cadenas desapareció hace tiempo. El técnico no se ganó el apoyo del vestuario y, en el deporte como en otras facetas de la vida, si no cuentas con el reconocimiento de las personas de tu proyecto, éste está condenado al fracaso o al ostracismo.


Lo malo es que los preparadores, lejos de hacer un análisis real y exhaustivo de las razones por las que su trabajo no consigue el respaldo necesario, tratan muchas veces de buscar culpables en los que descargar parte de su fracaso. El día en que se inventaron las excusas…No es compartir, sino redimirse. Las declaraciones del entrenador leonés apuestan mucho por esa línea:

"En todo equipo hay varias razones y culpables de lo que ocurra, pero me siento satisfecho de haber trabajado al máximo para luchar por todos los títulos, y en tres de ellos aún hay opciones, mayores o menores".

Enric Masip, director deportivo de la entidad azulgrana, argumentó como una de las causas del cese las malas relaciones con parte de la plantilla. Cadenas manifiesta sentirse respaldado en una gran parte por los jugadores, aunque  "alguno, que se viste por los pies, no ha actuado con sinceridad e incluso ha propuesto el cambio de entrenador en diferentes momentos".

Cadenas en el pim,pam,pum de la despedida afirma sentirse decepcionado por "la falta de ambición para poder aspirar a cosas grandes. Se ficharon grandes jugadores, pero faltaron estrellas que dieran más calidad a un gran bloque", en clara alusión a Masip.

La derrota en Valladolid, a cuyo partido no acudió ninguno de los fichajes contratados para reforzar la plantilla, determinó la decisión que pone fin a un año y medio, tiempo en el que el técnico castellano no respondió a las expectativas que su fichaje despertó. Las parcelas de poder dentro de un club, los roles que cada uno representan, constituyen las reglas del juego, Deben conocerse y aplicarse. El Barcelona no es el Ademar y tal vez por ahí comenzaron los desequilibrios de una relación de amor que terminó rota.

 

 

 

 

Iñaki de Mujika