El meta chileno Claudio Bravo y la Real Sociedad llegan a un acuerdo de prolongación del contrato que expiraba el 30 de junio de 2011, ampliando su vigencia hasta el mismo día del 2013. La noticia pilla descolocada a la mayoría y ofrece un abanico de posibilidades interpretativas que sólo podrán explicarse a través de las palabras que el presidente Aperribay y el director deportivo, Loren, pronuncien en la anunciada rueda prensa del miércoles.
La decisión confirma sensaciones que se han venido sucediendo en los últimos días. Llamó la atención la renovación del central Mikel González, porque apuntaba por una parte a la posibilidad real de la entidad de poder renovar a jugadores llamados a ser importantes en el futuro, al tiempo que aseveraba la propia convicción del futbolista por apuntalar el proyecto futuro del club. Ahí se cerró la sangría de fugas que protagonizaron Díaz de Cerio o Castillo.
Luego, Cadamuro, Illarramendi, más tarde Zurutuza siguieron el mismo camino y en las últimas horas Claudio Bravo que apuntala el camino trazado y apuesta claramente por un escenario en el que se consolida la sociedad. Ambas partes se aseguran una futura negociación en cualquier dirección que pueda producirse. Es decir, la Real primero se garantiza un portero de postín y el jugador un equipo en el que seguir militando. El pasado verano todos intentaron su traspaso, pero nadie fue capaz de cerrarlo. Los realistas ganaron un portero y el chileno una meta en la que poder destacar, en tanto contaba con las opciones de seguir defendiendo la camiseta de su selección nacional.
Pasados unos meses, Claudio Bravo dispone de doble nacionalidad y tiene asegurada la disputa con Chile del próximo Campeonato del Mundo en Sudáfrica. Recientemente recibió el galardón de mejor portero del campeonato en la pasada temporada. Sumados los argumentos, todos salen reforzados cara al futuro. Ahora, ya no existen prisas por traspasar porque la situación financiera ha cambiado a mejor después del proceso concursal que concluye a primeros de diciembre. El que lo quiera deberá desembolsar mucho más de lo que costaba hace unos meses.
A simple vista, quien sale mal parado en esta operación es Asier Riesgo. Su discurso en el tiempo reciente es que quiere seguir en la Real, pero en Primera. Ese argumento está viciado desde el principio, porque esa realidad no será constatable hasta el final de la temporada. Para entonces, el club habrá debido hacer sus deberes (la renovación lo confirma) y el futbolista elegido su nuevo destino, porque pese a su apellido no va a correr más riesgos. En la rueda de prensa de este martes, ha reconocido su sorpresa, porque la noticia no era esperada. Le cambia el cromo y posiblemente le rompe la estrategia tanto a él como a su representante.
El verano fue un tira y afloja. Riesgo dispuso de una oferta de renovación que no quiso aceptar. Ni cedido, ni traspasado. El meta de Deba se quedó con todas las consecuencias. Es casi milagroso que haya jugado partidos, porque todo olía a ostracismo. Dice que ahora quiere reunirse con el club para hablar de futuro. Parece que su continuidad en la Real está cruda. La renovación de Claudio Bravo le perjudica en dos vertientes. La deportiva, porque el meta titular permanece. La social o espiritual, porque el cancerbero chileno acepta, sin ser de cantera, una propuesta que habla de confianza y esperanza en el futuro. Bravo gana por la mano y el club se apunta de nuevo un tanto.