Los ingleses, con permiso del tiempo, se están poniendo de fútbol estos días hasta las cachas. Les da igual que sea Navidad o que nieve y hiele sin cesar en el reino de su graciosa majestad. Para ellos, el 26 de diciembre es una jornada tradicional con fútbol y no se discute más. Desde hace 120 años, después de Navidad, San Esteban, era el día de diversión para los sirvientes y criados.
Estos no podían celebrar Navidad porque trabajaban en las casas de sus señores. La servidumbre sólo visitaba a sus parientes un día más tarde llevando las sobras de las comidas del día 25 de los hogares en que trabajaban. Lo hacían con cajas (boxes, en inglés), origen del nombre con el que se conoce esta jornada "Boxing day". Luego iban al fútbol, considerado entonces el deporte de las clases más bajas y menos pudientes. ¡Cómo ha cambiado el cuento!
Al ser lunes, este año la acumulación de partidos ha sido intensa, ya que en un par de semanas se van a disputar en la Premier más de setenta. Esta locura de calendario lleva al sindicato de jugadores a reivindicar un status semejante al del resto de Europa para sus competiciones. Pero la tradición pesa y no será fácil que los británicos, muy amantes de sus cosas, vayan a ceder así como así.
Lo mismo que aquí pero al contrario. La LFP, precisamente siguiendo el ejemplo inglés, se plantea habilitar las fechas navideñas para hacerlas útiles competicionalmente hablando, Estiman que parar el campeonato dos semanas cuando alcanzamos el ecuador de la liga, no ayuda a mantener el interés de los aficionados. Metidos en arena de reivindicaciones, con la AFE oliendo a huelga por el desacuerdo con la patronal y los impagos a a jugadores, no parece que vaya a ser fácil, mezclar villancicos con goles.