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Otro balón en el horizonte

La concesión del balón de oro a Leo Messi sigue dando juego. Tengo varios amigos catalanes y del Barça, indignados por la forma en la que se está tratando de ningunear el éxito del argentino, como miembro de la plantilla en la que milita, tras haber recorrido el camino que siguen los jugadores de cantera, como Xavi o Iniesta, rivales, amigos, compañeros, decepcionados en su fuero interno por no haber sido ellos los destinatarios del premio.

 

 


Para el Barça, para sus objetivos, a lo mejor la decisión es la mejor, porque así no quedan vencedores, ni vencidos. El pulso Xavi-Iniesta, resuelto a favor de uno de ellos, determinaba, sin duda, una decepción en el derrotado. Con Messi al frente, sin que nadie discuta su liderazgo, las cosas quedan más en su sitio.

La fusión del FIFA World Placer con el Balón de Oro ha realzado mucho el valor del trofeo, porque no caben más interpretaciones. Con la seriedad que la FIFA concede a este tipo de ceremonias, es obvio que se ha hablado más que nunca del proceso, de los votos y de la decisión final. Incluso, a Pep Guardiola, el entrenador de todos ellos, le correspondió dictar la sentencia. En su cabeza bullían muchas ideas no confesadas, incluso un pronóstico, pero se lo guarda porque esa es la estrategia que debe seguir en el manejo de una plantilla que debe seguir creciendo y conquistando.

A la vista del éxito mediático y social, Michel Platini, presidente de la UEFA, anuncia su voluntad, que será pronto realidad, de recuperar un trofeo: "Balón de Oro europeo" con el que determinar qué futbolista es el mejor del continente. La globalización permite que el mundo se mueva y que en Europa jueguen futbolistas de muchos paÍses y continentes. Por eso quiere salvaguardar a "los de casa" y, de paso, establecer comparaciones, no sé si con agravio, entre unos y otros. Quizás por ahí, los ahora decepcionados puedan encontrar su recompensa.

Iñaki de Mujika