Llegué a Vigo el viernes por la noche, después de coger dos aviones. Dos vuelos, dos retrasos. El segundo, "cum laude". Los hombres y mujeres del tiempo anunciaron trajín y lamentablemente no se equivocaron. Turbulencias, vientos, lluvias y ¡un rayo!. La aeronave se acercaba al aeropuerto. Quedaban unos diez minutos. Íbamos bastante movidos. No faltaba de casi nada. Bueno, sí. Un soberbio pepinazo. Un rayo que pegó en el ala y que sonó con toda su fuerza. ¡Boom!. Zapatiesta y acojono multitudinario entre los 180 pasajeros. El avión siguió, como si nada, camino de la pista. Los azafatos, situados detrás de mi asiento, sonrientes, acertaron a decir "parece una mascletá".
La pasajera que iba en la 27A se puso fatal y de inmediato recibió un vaso de agua. El resto ni rechistó. Xabi Isasa, compi del MD, una vez en tierra, contó que había visto pegar el rayo en el fuselaje. El comandante, ya parado el avión, explicó que la nave los repele y que un rayo no crea mayores problemas. ¡Si, si…pero será mucho mejor que no te caiga uno encima.!.
Con el sobresalto sin quitar y a la espera de lo que la Providencia nos reserve para la vuelta de hoy, nos fuimos a Balaidos. El Celta no es santo de demasiadas devociones. Con ellos perdimos una liga que se merecía y con ellos caímos hace un par de meses en Copa. Desde entonces, desde el 2-0, este equipo no había perdido un solo encuentro. Sigue la racha, aunque a costa de un 0-0 que ayer fue para ellos un resultado pobre, no solo por el hecho de empatar en casa, sino porque los gallegos parecieron un equipo con miedo a perder. ¡Esto es muy largo! debió pensar su técnico Pepe Murcia.
Lillo compareció con cara de poca satisfacción, porque hizo lo imposible para ganar. Los cambios miraron más hacia Notario que a la parcela de Claudio Bravo. Apareció Xabi Prieto y se notó, sobre todo porque el técnico dispone ya de nuevas alternativas con las que reforzar su juego de ataque, hoy por hoy la opción que ofrece mayores carencias. Los zagueros Castillo y Labaka han sido nuestros últimos artilleros.
Aún así, se hace camino con esa llamada "media inglesa" que permite sumar cuatro de cada seis puntos en disputa. Empate fuera y victoria en casa. Llega el Alicante y con él las opciones de reforzar el trayecto, siempre y cuando no nos caiga un rayo que nos parta.