Algo está pasando. He renunciado a las salidas nocturnas de los viernes. Ni gualijais, ni gintonics, ni nada. ¡Tele!. Mucho reality de las cadenas que compiten y se matan por la audiencia. Estamos en un ring de aspirantes. Por la izquierda, con calzón rojo, ¡Sávame deluxe!. Por la derecha, con pantaloneta blanca, DEC, el programa de la llamada cadena triste por la competencia. Tele5 vs Antena3.
Se pasa el tiempo volando y para cuando quieres darte cuenta ya han dado las dos de la mañana. Tras el éxito de ¡Andreíta, cómete el pollo!, vivimos apasionados momentos. En el plató de Jorge Javier Vázquez, Rosa Benito, la cuñadísima de Rocio Jurado. Si viviera la de Chipiona, celebraría su 63 cumpleaños. Su viudísimo ocupa portada de revista con un brazo agarrado a otra joven Rocío. ¡Ya está armada!. Ortega Cano llama en directo y desmiente que sean novios. Lo deja en "buenos amigos" y termina recordando los momentos vividos junto a "la más grande". A lo largo de la noche desfilan personajes variopintos, cerrando elenco Canales Rivera, cercano a una película sobre su tío Paquirri, el padre de Paquirrín, marido de la Pantoja, esposo que fuera de la Ordóñez y aitá de Fran y Cayetano que no se llevan mucho con su primo. ¡No me digan que no está entretenido!.
El día en que el defensor del menor se metió en un charco y le dieron como a una piñata, el 23% (2.700.000 personas) de cuantos veían la tele se apuntó a Tele5, mientras que el programa de Cantizano se quedaba en un millón de personas menos, un 17% del share. Quiere esto decir que cuarenta de cada cien espectadores se enganchan a este espectáculo. Si no debiera hablar algo de fútbol en esta sección, narraría apasionadamente las lágrimas de Antonio Tejado, el separado marido de la Mohedano, la sobrina de la Jurado. Se apasionarían con el relato de Antonio David, el exmarido de Rocíito, y con la insinuación velada del periodista Mariñas que se atrevió a decir que alguien con pantalones le echaba los tejos en la misma casa. ¡Jesús!.
Comprenderán que con tanto perendengue uno llega al estadio con las alforjas cargadas de poderío a la espera de que continúe el espectáculo. No pido que los nuestros se suelten el moño y organicen una bacanal en toda regla, porque eso es imposible, pero sí un poquito de muslo y entrepierna que haga soñar e imaginar. Precisamente fue ante el Girona, allá por marzo, cuando el equipo ganó por su acierto (2-0, Aranburu y Sergio), porque poco más tarde el triunfo ante el Albacete lo firmó Mainz con un golazo en propia meta, porque meter, lo que se dice meter, los nuestros meten poco.
Bueno, Agirretxe por dos veces, salvando parte del mobiliario con sus cabezazos. Afortunadamente, porque la cosa pintaba mu mal. Sigue la tendencia. Ganar en casa se convierte en imposible. No sé si por ansiedad, por ofuscamiento, por miedo a perder, por lo que sea…pero un primer tiempo como el de ayer no es defendible. Luego, se puede elucubrar sobre la idoneidad de los cambios, el sistema de juego, la farfolla, o la perilla de Brad Pitt, pero antes necesitamos, repito, necesitamos ver jugar al fútbol.