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La estatua de San Juan Arri

Irún se sometió a Fuenterrabía en la jurisdicción civil y criminal hasta lograr su independencia el 28 de febrero de 1766, y el consiguiente título de villa. Irún estuvo expuesto a numerosos avatares y conflictos. Los pleitos se repitieron por diferentes cuestiones, tales como prohibición de construir casas de piedra, control de pesas y medidas, sobre posesión de terrenos juncales, etc., llegando la gravedad de los enfrentamientos a provocar el asesinato del alcalde de la población hondarribiarra, D. Miguel de Arriaga, en 1564.

San Juan Arri ha sido tradicionalmente considerado como el símbolo de la independencia de Irún frente a Hondarribia. Al hilo de esa historia referida, la columna se levantó en ese año sobre el lugar que ocupó la Casa Torre de Urdanibia (o Aranzate). Sufrió algunas modificaciones, ya que se trasladó desde su inicial posición.  Con el paso del tiempo ha llegado a simbolizar la personalidad propia e independiente

Otras valoraciones entienden que fue levantada para conmemorar el valor de los iruneses al defender el pueblo contra los invasores franceses. Se ha dicho también que con ella se rindió homenaje a la generosa iniciativa del señor de Urdanibia, quien no dudó en prender fuego a su Casa de Aranzate para acabar con los 300 enemigos que se habían refugiado dentro, aunque este hecho suena más a leyenda.

Escribimos, en suma, sobre una columna de piedra arenisca y fuste estriado rematada a modo de capitel por un prisma de sección cuadrada que en cada una de sus caras tiene tallados dos escudos. Sobre él se yergue una pequeña imagen de San Juan que porta en su mano una cruz. Esta imagen sustituyó a la original en el año 1850. Ubicada en la Plaza de San Juan ha sido testigo del devenir de la historia de los irundarras durante casi cinco siglos.

Las obras de derribo del colegio San Marcial de los Hermanos de La Salle, el paso de camiones, no aseguraba la integridad de la columna. Los concejales del ayuntamiento trataron el asunto en reciente pleno. Se barajaban dos opciones: Guardarla hasta que concluyeran los trabajos en la zona, o trasladarla dentro de la propia plaza con la idea de que pudiera seguir presente en el día a día de la ciudad. Se pidieron los informes necesarios para que los técnicos confirmaran que la columna no sufriría daños en el hipotético traslado. Se optó finalmente por el traslado. Una diagonal iba a ubicar la estatura en la zona más cercana a la casa consistorial y a la calle Prudencia Arbide. No dio tiempo.

El pasado 7 de marzo de 2007, un día antes del traslado acordado por las referidas obras, el andamio instalado para resguardar la pieza no resistió las fuertes rachas de viento. El soporte cayó tirando la columna. Como consecuencia el fuste de la columna se partió en tres y la figura de la parte superior sufrió graves desperfectos. Ahora, la historia, el símbolo está por los suelos. Lo tiró el viento en una noche de fortaleza. La misma que será necesaria para volver a erguir un monumento histórico.

Iñaki de Mujika