La LFP no pierde el tiempo. Pocas horas después del fallido plante patronal, hace oficial el runrún que acompañaba los previos de la próxima temporada, en la que se plasmará el acuerdo entre clubes y televisiones. Se trata de que los partidos no se galopen, así que se buscan nuevas franjas horarias para la disputa de encuentros.
Por tanto, habrá fútbol televisado desde las cuatro de la tarde de los sábados hasta las nueve de la noche de los domingos, siendo novedad las doce del mediodía de los domingos que hasta ahora sólo se utilizaba para equipos de Segunda y en Canal Plus. Esta decisión facilita que, si algún aficionado que lo resista, pueda ver completos los diez partidos de cada jornada.
Por tanto, los sábados se jugarán partidos a las cuatro, a las seis, a las ocho y a las diez. Los domingos, a las doce y a las tres, para que los puedan ver los Chios y los japoneses. Luego, por la tarde, a las cinco, a las siete y a las nueve. Y como falta uno, éste se disputará en lunes a las nueve de la noche. ¿Quién da más?.
Metidos en este costal, cabe preguntarse humildemente quién defiende los intereses del "otro fútbol". ¿Qué respuesta van a poder dar los equipos de Segunda "B", Tercera, regionales, cadetes y juveniles?. ¿Quién vela por sus intereses?. Ya no quedan franjas horarias libres. La tarde de los sábados se ocupa, la mañana de los domingos también.
Los clubes de fútbol de la elite miran mucho por sus intereses a corto, pero dan la espalda a largo. Las entidades que se dedican al fútbol promoción malviven y luchan por cubrir presupuestos como pueden. Del trabajo que realizan salen los jugadores del futuro. Si los equipos no resisten el embate de esta ola, los grandes se van a encontrar con que la materia prima sobre la que se cimenta su proyecto deportivo empieza a resquebrajarse. El próximo verano tiene muy mala pinta. Al tiempo!.