El Beaterio de Iñaki de Mujika

Los recursos de unos y otros

Como el viernes fue festivo y dispuse de más tiempo para organizarme, entré en la web del conjunto hispalense con el objetivo de preparar mejor el partido y situar el estado de la cuestión entre las huestes de Sampaoli. Lo primero que llama la atención es el plantel de técnicos. Además del principal responsable, nueve más, entre ellos como segundo el tolosarra Juanma Lillo. Junto a ambos, una pléyade de ayudantes y analistas, sin contar en la cifra de diez ni a médicos, masajistas y fisioterapeutas. Con el coste de todos ellos, nos compramos varios pisos en Miraconcha.

Luego, analizas el plantel de futbolistas y convienes que la Real Sociedad dispone de más andaluces que su rival de anoche. El meta Sergio Rico es el único sevillano en la convocatoria de 19 futbolistas elegidos para la cita de Anoeta. Es cierto que cuentan con un equipo en Segunda División, pero arriba en el escaparate no hay nadie y todo queda muy lejos de aquellos tiempos de los Marchena, Reyes, Jesús Navas, Sergio Ramos o el malogrado Antonio Puerta.

El presupuesto del conjunto de Nervión alcanza los 129 millones de euros, un porrón más que la Real y su secretaría técnica maneja la pasta comprando en Roma y vendiendo en París. Eso se relaciona con el bien ponderado director deportivo Monchi y el amplio equipo de personas que realizan el scouting, seguimiento a centenares de futbolistas del mundo mundial.

En una entrevista que le leí hace más de un año explicaba algunas cosas de su funcionamiento: “Analizamos a fondo a los jugadores aquí o allí. No tenemos espías en todo el mundo. Somos un equipo de 16 personas con sede en Sevilla y viajamos mucho, a todas partes: Bélgica, Francia, Chile… ¿Crees que es necesario tener espías en América del Sur cuando se puede ver el fútbol de cualquier sitio por la televisión?”

Con la suma de todos los esfuerzos, han ganado en los últimos años varios títulos continentales y se meten en la pelea por todos los que se disputan en la presente temporada, con un plantillón en permanente estado de revisión, tanto en las entradas como en las salidas.

Frente a ese universo se enfrentó ayer la grey guipuzcoana, que venía de esforzarse ante el Villarreal en Copa sin escamotear esfuerzos en la búsqueda del mejor resultado. Eusebio no se guardó nada en el bolsillo y dispuso lo mejor que consideró para el encuentro, aún a riesgo de que las líneas se quebrasen por los esfuerzos añadidos. Es el caso de Zurutuza que anoche no fue de la partida, porque se supone que existe riesgo de catakrac. Su puesto lo ocupó Granero, como hace unos días cuando el madrileño le sustituyó. Lo mismo que Mikel González, asentado en el central derecho por segundo encuentro consecutivo, aunque sólo fuera hasta el descanso. La liga y la Copa. Todo al mismo tiempo y sin tregua, cuando más frío hace y más riesgo de lesión existe. Como esto se alargue mucho, se nos van a ir cayendo uno tras otro. Frente a un equipo de mayores recursos, la Real plantó cara al cuadro hispalense hasta que aparecieron los fallos más o menos clamorosos. Los ricos y su poderío frente a los menos pudientes.

Y cuento todo esto para no perder de vista el norte, porque el meneo que ayer le dio el Sevilla al conjunto realista responde a todas esas diferencias. Si luego añades los errores defensivos que determinan los primeros tantos del encuentro, no hay más historia que la confirmación de una superioridad absoluta en la que Ben Yedder se hinchó a meter goles aprovechando la tenue oposición de los guipuzcoanos, que distaron mucho de ser lo que se esperaba, más allá del resultado.

El Sevilla no vino a defenderse, sino a dificultar el juego txuri-urdin. Puede parecer lo mismo, pero no lo es. Los andaluces fueron a por el rival desde la confianza en sus propias fuerzas y la desconfianza de las contrarias. El balón bailó por bulerías y desde la producción del juego fue mejor, en lo físico y en lo táctico. No hay excusas que poner a la hora de justificar un resultado tan amplio en contra. Los hispalenses fueron mejores en el manejo del balón, en la ocupación de espacios, en la presión, en las transiciones y en el remate. Contado así, nada más que decir. Próxima estación, Villarreal. Con una cuestión que dejo en el aire. ¿Habrá rotaciones? Por preguntar.

Iñaki de Mujika