Es posible que ustedes sean personas de cultura, de las que estudiaron latín. No necesitarán que les traduzca, porque el título está muy fácil. Pero, es posible, que el actual “plan flauta” de los alumnos de los últimos años, ajeno a una formación humanista en condiciones, les haga incomprensible el titular. Para unos y para otros. “Antes de la muerte, Morten”. Skoubo, por supuesto.
Ayer jugó como los ángeles, no los de Charlie, sino como los que tocan laudes y trompetas en las celestes esferas del beaterio. Este chico comenzó su singladura blanquiazul con unos números y unas esperanzas que hicieron creer que era una ganga. Luego, perdió gol y le empezaron a dar hasta en los carrillos. Dijeron y escribieron muchas barbaridades hasta tal punto que un día le dijo a su actual entrenador: “No me quieren”.
El técnico le mantuvo, porque sentarle hubiera sido el acabose. Fue en Cádiz cuando José Mari decidió que no era su partido. Le explicó las cosas, las asumió y saltó al campo cuando todo era una especie de disloque. Ayer por la tarde, volvió otra vez al eje del ataque. Hizo dos goles. Valió uno. Le agarraron y le hicieron algún penalti que el árbitro no pitó. Paró balones, los dio con el pecho a sus compañeros y volvió a sonreir y a sentirse feliz. Luego, vino lo que vino y a lo mejor su trabajo quedó más opaco. Pero, en este domingo, festividad entre otras de Flavia Domitila, apareció como Marijaia en fiestas y cumplió. Cuando olía a cadáver y la morgue estaba preparada, apareció Morten y nos devolvió al camino que no queríamos abandonar. ¡Ole, mutiko!.
Anoche los “boys” se fueron de cenorrio. La mayoría se juntó en un restaurante donostiarra que empieza por “Re” y acaba en “do”. Cantaron hasta el “mi”, “fa”, “sol”, “la”, “si” y luego se largaron de guripeo hasta una hora en la que los relojes ya no marcan. Fiesta hasta el miércoles y luego a preparar el partido de Barcelona. No lo tenemos fácil, porque ir a ganar a un campo en el que puedes dejar al rival en Segunda División, te deja en una convivencia compleja entre la obligación y los sentimientos.
P.D.- Estamos salvados. Enhorabuena a todos, incluso a los cesados, pero el futuro se presenta incierto y complicado. Es necesario talante, convicción y decisión. No se trata de mirar hacia atrás, sino adelante. La historia no suele dar de comer.