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Pako Aiestaran dimite y la Real pierde una gran oportunidad

La Real Sociedad ha perdido una excelente oportunidad de asentar su proyecto deportivo en uno de los profesionales con más prestigio en el fútbol europeo. Pako Aiestaran se ha despedido hoy como responsable técnico del nuevo presidente Iñaki Badiola. El idilio entre ambos ha durado muy poco tiempo y los hechos nos remiten a un campo de acción en el que es imposible convivir. La normalidad no existe.

Todo se relaciona con la contratación de Juan Carlos Oliva como nuevo entrenador de la Real tras la dimisión de Cris Coleman. El técnico ilerdense se desvinculó del Villarreal para incorporarse a la disciplina txurirudin después de llegar a un acuerdo cuya fecha de caducidad señalaba el 30 de junio próximo. En el último momento, Iñaki Badiola frenó la operación que conocía, dejando sin palabra ni opciones a su director deportivo y sin equipo al preparador catalán. Fue el detonante.

Pako Aiestaran ha comparecido en rueda de prensa para explicar las razones de su despedida. Ha confirmado sentirse apenado, mientras se disculpaba con los accionistas, personas anónimas de la calle y algunos integrantes del club que entendían que su incorporación a la Real podía ser provechosa en el futuro. Lo que no esperaba es que, precisamente desde dentro se haya dinamitado tal posibilidad.

Badiola se decidió por una apuesta clara, contando como banderín de enganche con el expreparador del Liverpool. La oportunidad única atrajo seguramente a muchos accionistas, hartos del "más de lo mismo". Aiestaran fue el segundo candidato más votado, sólo superado por el presidente. El respaldo incontestable del accionariado otorgaba tranquilidad y confianza con las que poder adoptar decisiones, en algún caso, traumáticas.

Una de ellas, la rescisión del contrato del director deportivo Salva Iriarte. Las formas y el discurso público fueron impropios de un club señor. Los aficionados se quedaron sorprendidos con la carga de profundidad que llevó la comparecencia del presidente. Ahora, con la marcha de su sustituto, la sorpresa es mayor. Cae la credibilidad en el proyecto y en su líder. ¿Protagonismo?. ¿Prepotencia?. ¿Mal asesoramiento?.

Interrogantes que sólo el tiempo resolverá. En principio, la marcha deportiva del equipo, su fortaleza ante las andanadas que le llegan, es lo mejor que le pasa a la entidad en estos momentos. Mientras duren las opciones de ascenso y los puntos suban al casillero, la situación será aceptable. Pero, como lleguen las derrotas, el mandato de Badiola pasará por momentos de máxima convulsión. No ha medido las consecuencias de su última y tozuda actuación. Ha podido reconducir la situación. En el último momento Aiestaran ofreció una tabla de salvación a la que no ha querido agarrarse. Inexplicable y decepcionante.

                                                                                            

Iñaki de Mujika