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El centro de Almería

He vuelto a casa después de un viaje inacabable hasta la ciudad almeriense de El Ejido. Ciertamente a esta población sólo fui al partido de fútbol. Comimos a la entrada en un restaurante del que no recuerdo el nombre. Faena de aliño, antes de cruzar la calle y acceder al Polideportivo Santo Domingo en el que soplaba el viento a discreción.

El viaje me ha parecido interesante. Esas maravillosas combinaciones aéreas que nos destrozan el fin de semana me llevaron al primer avión a las 07.30 horas de la mañana del sábado y el segundo, pasando por Barcelona, a las 09.15. Unido todo, estaba en la habitación del Vincci a las 11.00. ¿Qué hacer con tanto tiempo libre cuando el partido se anuncia un día después a las cinco de la tarde?.

La mejor idea, será por defecto profesional, me llevó al Estadio de los Juegos del Mediterráneo para ver "in situ" la obra de Unai Emery y sus pupilos. Lucía el sol en una mañana agradable. Esperamos al final de la sesión para saludar. Charleta con Aitor López Rekarte y Juanito, dos "ex" realistas que se marcharon a preparar la bolsa porque les esperaba un viaje a Mallorca.

Unai nos llevó hasta el Paseo Almería para tomarse unas birras con nosotros en la terraza del "Molly malone". Agradecí la idea porque se estaba de cine. ¡Atenta la compañía, porque 11 cervezas, una coca cola, tres cazuelitas de salchichas en salsa, y siete pinchos de tortilla nos costaron 22 euros!. A las tres menos cuarto nos despedimos, deseándonos todos mucha suerte. Nos hace falta.

Tanto Aitor como Juanito nos recomendaron algunos sitios. Les hicimos caso a pies juntillas, porque no controlamos la zona. Decidimos irnos al Torreluz. Esta empresa dispone de varios establecimientos: hotel, taberna, cafetería, restaurante típico y el Torreluz Mediterráneo. Son negocios distintos que no están muy lejos unos de otros.

Buena pinta, predominando los azules. El hall de entrada, en el que esperas hasta que te ofrezcan una mesa (vamos sin reserva), permite comprobar una vitrina con vinos de primerísima calidad, de todas las procedencias, confirmando la buena fama de su bodega. Dos plantas habilitadas para los usuarios. Nos atiende casualmente un camarero de Vitoria que dice ser del Tau y del Barça.

Picamos como casi siempre jamón y un bombón de morcilla, envuelto en un fino ravioli, sobre un fondo de compota (muy logrado). Luego, los segundos. Me da por una brocheta de solomillo de añojo, mientras que en la mesa aparecen además una paletilla de cordero y sendos lomos de buey escocés "Angus". Puede sorprender que oliendo a mar no pidiéramos un solo plato de pescado. Cosas que pasan. Café y a la siesta porque el despertador sonó a las cinco y media de la mañana.

Me dio tiempo a ver tele: Copa de Basket (Tau-Bilbao Basket), Fútbol de Segunda (Córdoba-Málaga) y balonmano (Algeciras-Rioja) antes de encontrarme con Shasha Tioumentsev que juega en el Keymare y con quien iba esa noche a cenar. Esta vez elegía y decidía todo el anfitrión. Pateamos un poco el centro de Almería antes de recalar en una taberna gallega llamada "A Casiña", a la que suelen acudir los jugadores del equipo y mucha gente joven.

Para empezar dos jarras de cerveza con limón (luego, otras dos).  Van llegando unos mejillones al estilo de la casa, un plato de pulpo. Otro de empanada, que es uno de mis vicios confesables. Unos pimientos de Padrón, o de donde sean, que nos jodieron bastante por lo que picaban. Un surtido de quesos y jamón cierra la lista. El sitio se peta y la mayor parte de las mesas terminan con una superfuente de huevos con patatas fritas, más chorizo y panceta que entran por los ojos cosa fina. Pero estamos llenos y pasamos.

Me apetecía mucho hablar con él. Sobre todo de balonmano y de experiencias. Le encuentro bien, aunque deportivamente van los últimos y deben arrear. No quiere llevarse otro disgusto. El follón del lugar es considerable. Decidimos tomar el café en otra parte para poder hablar tranquilos. Me lleva a un garito en el que los decibelios de la música suenan para cinco manzanas alrededor. Todavía están de carnaval. Aparecen disfraces y caras pintadas. Chicas morenas, muy guapas. No nos oímos hablando en cinco centímetros. ¡Qué escándalo!. Lo que sucede a partir de ese momento… Con el paso del tiempo me voy cayendo muerto de sueño. Lo mejor será que me vaya a dormir al hotel. Alex me lleva en su coche como "Paseando a Miss Daisy".

Dejo para el final la noche del domingo. Quisimos ir al "Sevilla". Cerrado. Repetir en el Torreluz, cerrado. Casa Puga, cerrado. Marisquerías, cerradas. Nadie abre. No podía con mi alma de tanto andar. Después de tanto fracaso…mis huesos terminan en un "Foster’s Hollywood": Aros de cebolla, rollitos vietnamitas, alas de pollo y un entrecot. ¡Y una pepsi!. ¡A mis años!.

 

Datos de la ubicación:

Restaurante Torreluz Mediterráneo

Plaza Flores, 6

ALMERIA

Tfno.- 95-0281425

 

"A Casiña"

C/Sócrates, 9

ALMERIA

95-0263452

Iñaki de Mujika