El rinconcillo de Sevilla

Llovió copiosamente los días que precedían al partido en Sevilla, pero el sábado, como siempre, lució un sol indescriptible sin que una sola nube ensuciara el luminoso azul de su firmamento. Los termómetros siguen siendo generosos con las mangas cortas, piratas y chancletas, gafas de sol y cremita. Vamos, que ni otoño, ni invierno.

Esta vez no pasé demasiado tiempo a orillas del Guadalquivir. No por falta de ganas, sino por necesidades de un guión que, eso sí, no me impidió patear el centro y tomarme la primera Cruzcampo en la tradicional Bodega Santa cruz de la calle Rodrigo Caro, muy cerca de la plaza de la Virgen de los Reyes. Luego, camino hacia el Ayuntamiento y Calle Sierpes arriba. Hemos decidido disfrutar de "El rinconcillo", casa fundada en 1670, ubicado en la calle Gerona 42 y que dispone de página en internet www.elrinconcillo.es.

Hay gente en la calle a reventar. Obras por todas partes. La barra no disfruta de un respiro. Nueva caña y ¡Oh, disgusto!. Boda en toda la primera planta  y abarrote general en el comedor restante. Todo reservado. A la calle, por el mismo camino. Taxi y a lo concreto y seguro. Nos espera Casa Modesto en Mina y Cueto.

De este sitio os he hablado bien siempre y esta vez no voy a desdecirme. Terracita bajo sombrillas. Jugando al gato y al ratón con el sol y la sombra. Más birras. Jamoncito, fritura de la casa, gambas a la plancha, revuelto de la casa y puntitas de solomillo. A compartir entre la canallesca, es decir Jorge, Xabi, Mikel y el menda.

Hemos visto pasar varios platos de melón con muy buena pinta. Es el postre. Fresco y formidable con el que cerramos. Cafés y chupito para algunos. Paso de la copa porque en un par de horas voy a transmitir desde el Pizjuan. Del partido prefiero no comentar nada, porque se me indigestaría el regusto bueno de esta comida que salió a 35 por barba. En tiempos de crisis, las mesas llenas, porque aquí tampoco quedaba un sitio libre. Nos vimos con Jesuli, el "ex" de la Real, Celta y Sevilla, que con su novia eligió el mismo destino: "No sabéis nada, vosotros", alabándonos el gusto. Quiere volver a jugar en el mercado navideño. Por cierto, no compré lotería. El año pasado la que adquirimos aquí no rozó ni una aproximación y como quedan dos meses…