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Se armó el belén…

No me apetece mucho escribir, pero lo necesito. Quisiera encontrar gente solidaria con el sentido común y la normalidad. A estas alturas valoro menos quién esté al frente el consejo de administración de la Real que la deriva del frentismo que anida en la sociedad. El velódromo de Anoeta fue un escenario en el que se representó una obra trágica que terminó con la policía tratando de poner orden.


Iñaki Badiola y su grupo de consejeros han perdido el enorme apoyo cosechado hace once meses cuando la teoría de su proyecto convenció a muchos. Pasado el tiempo, la práctica de aquellas ideas, las formas, la permanente convivencia con los pleitos…desencantaron a buena parte de quienes le votaron. Así las cosas, la remoción, el "no" al consejo, salió adelante con el 58, 69% de las acciones presentes en la sala y la plataforma Realaren lagunak consiguió el 56,27%. Es la fría elocuencia de las cifras.

Hasta aquí, las cosas pudieran entenderse como lógicas. Unos ganan y otros pierden. Pero en el camino hubo jirones de incomprensión y desarraigo. El presidente Badiola ofreció un discurso escrito, que leyó marcando los tempos y buscando la reacción de sus seguidores que desde la grada no ocultaron sus simpatías hacia el primer mandatario. No cambió un ápice de su línea editorial: compras de partidos, administradores concursales, medios de comunicación, Diputación, Hacienda, fraude, dinero negro, sueldos, engaños, malversaciones, etc. En suma, todo el ajuar de temas con los que hemos convivido en este último año.

El candidato de la plataforma que pretendía sustituir a los consejeros, Jokin Aperribai, pretendió sin conseguirlo leer un discurso en el que se supone iba a explicar las líneas maestras de su plan de ataque para impedir que la catástrofe se produzca. La bronca desde la grada fue tal que no consiguió publicar cuatro párrafos. Las intervenciones en su mayoría apoyaron a Badiola antes que los accionistas pasaran por las urnas para expresar su opinión.

Ninguno de los puntos propuestos pasó el corte. Uno de ellos solicitaba la Promoción de la acción social de responsabilidad frente a los administradores durante 2004-2005, 2005-2006 y 2006-2007, en vista del  Informe de la Administración Concursal. Es decir, iniciar acciones contra los cuatro presidentes predecesores que obviamente no se encontraban en la sala como tanta otra gente que no quiso ver de cerca el deterioro social que anida en la Real Sociedad.

El momento menos gratificante coincidió con la lectura de las cifras que propugnan un cambio. Los electos, a quienes el electorado otorga ahora su confianza, se vieron cercados por un grupo de badiolistas que les increparon tanto que terminó por acceder un grupo de hertzianas que debieron incluso hacer uso de las porras para poner orden y garantizar la integridad de los nuevos consejeros. "Se armó el belén" para ofrecer una imagen patética que da la vuelta al mundo.

Me niego a creer que eso es la Real Sociedad de hoy.  Es evidente que la economía va muy mal y que hacen falta dosis de imaginación, decisiones traumáticas (ERE) y financiación considerable para superar el desequilibrio. Los futbolistas son lo más fiable a esta hora. Incluyo en el grupo a sus técnicos. Llevan sin cobrar desde el pasado mes de enero. Acusados de dejarse ganar para echar al presidente, por gente del club  y sin explicación posible y razonable, los jugadores hacen camino sumando puntos, mientras superan los handicaps de las graves lesiones y una taimada serie de actuaciones arbitrales. El equipo tiene mucho mérito.

Quiero creer que el 2009 nos depare mejor ánimo y mayor respeto. Lillo pedía justicia por el atropello al que someten los colegiados a su equipo. No será malo erradicar escándalos, bochornos, insensateces para que los aficionados de la Real puedan sentirse orgullosos de su club. Hoy por hoy, no ofrece su mejor imagen.

Iñaki de Mujika