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¡No sé que tiene El Arcángel!

San Acisclo y Santa Victoria fueron dos mártires que sufrieron persecución durante la época romana. Cuenta la leyenda que fueron brutalmente torturados y muertos por no renunciar a su fe cristiana, y posteriormente arrojados al río Guadalquivir, pero sus cuerpos volvían a flote una y otra vez, por lo que se optó por quemarlos y dispersar sus cenizas en el agua. Ellos son los patronos oficiales de Córdoba y, pese a esta historia y a la ermita que les recuerda, la gente cree y adora a San Rafael, su arcángel de siempre que en esta ciudad todo lo vigila y preside. Por donde pases, estatua de triunfo u hornacina.

Es la segunda vez que vengo al Nuevo Arcángel, en estado de semishock . La pasada temporada vivimos en las horas previas la marcha de Coleman y el debut de Eizmendi. Ganamos con holgura gracias a que Garitano y Díaz de Cerio (2) con sus goles desmontaron la trama verdiblanca. Ayer no estaban.

Esta vez volvimos al mismo escenario tras el cambio de presidente y los rescoldos de la asamblea, con el año recién estrenado y con todas las dudas a cuestas, incluidas las que el entrenador nos propuso en su alocución del viernes: "Una jornada peligrosísima. El entorno está de fiesta por más que entrenes. Pero los futbolistas no se dormirán en la gloria, esta plantilla es un lujo". Incluso para sufrir un cambio de viaje. Los aviones y sus alrededores hace tiempo que perdieron el fundamento.

Por eso, con la mosca detrás de la oreja, con los polvorones atascando el seso y con poquitas ganas de currar -para qué engañarles- me dije: "Allá voy 2009". El primer tiempo levantó el ánimo. Varias llegadas, sendas ocasiones y el gol espléndido de Marcos. Lillo avisó que más del 50% de los tantos verdiblancos llegan en jugadas de estrategia. Dicho y hecho, el empate subió al marcador a resultas de un saque de banda que nos pilló diarreicos.

Tras el descanso, atascazo Fortasec, hasta que la magia del fútbol nos ofreció la mejor jugada de la tarde que Agirretxe supo terminar en el palo largo, aunque la kakaria de los cristales de la cabina, mi imaginación y ceguera convirtieran al mocetón de Usurbil en Xabi Prieto. Con el ánimo renovado y pocos minutos por delante acariciamos los tres puntos. Eran nuestros. Pero otra vez el descuento, el puñetero e inolvidable descuento, la prolongación de la prolongación, pasados los tres de más, ofreció a los cordobeses la oportunidad de salvarse con un cabezazo de Pierini y la sonrisa alada del santo de la espada. ¡Que cosas tiene el Arcángel!

Iñaki de Mujika