elbeaterio.es

Un saludo a ese chico que llaman Eñaut

Zubikarai se ganó nuevamente la confianza de su entrenador. El trabajo agotador de Claudio Bravo en Chile, el largo viaje y las seguras actuaciones del canterano propiciaron que el portero de Ondarroa fuese nuevamente titular. Ésa fue la única modificación que Lillo decidió respecto de quienes ganaron al Girona (2-0) en la última comparecencia de Anoeta.

Y menos mal, porque el cancerbero fue ayer un cheque al portador. Realizó unas paradas escalofriantes y si su equipo no perdió, se lo deben a él. También a su vecino Ansotegi, que debió lidiar un toro negro veloz y con cuernos que nos trajo toda la tarde por el camino de la amargura. Nunca mejor dicho en esta Semana de Pasión. A lo largo de la precedente, se buscaron símiles taurinos. "No hay quinto malo", decían como queriendo animar al beaterio txuri-urdin a disfrutar de una nueva victoria.

El quinto fue horroroso. Desde el fallo del penalti hasta los remates de Aranburu o Mikel González, todo fue una sucesión de despropósitos. Para más INRI se lesionó Sergio. Si hasta entonces nos costaba Perú entero controlar y jugar el balón, tras su marcha y el descanso dimos sensación de ruina. Cuando salió Rivas, el míster mandó un mensaje a los suyos. No podemos ganar, no perdamos.

Aprendida esta lección que en algún partido precedente la suspendimos, el equipo buscó en las faltas laterales, en los córners finales, un balón perdido con el que descomponer a un buen Nastic que dio mejores lecciones de posicionamiento que su rival, que ofreció más ritmo que su contrincante y que, posiblemente, el punto lo festeje menos que la Real. O al menos, eso me pareció.

Si entrañable fue la salida al césped de la senectud de decenas de socios que llevan a su equipo en el corazón, esperanzador se mostró el futuro con los niños que también saltaron al césped para hacerse la foto con un equipo que defraudó a unos y otros. Los únicos felices fueron los amigos de Zubikarai. Esos chavales que se llevaron una pancarta a la tribuna alta para arropar al que llaman Eñaut.

La siguiente estación, no sé si del Vía Crucis, para en Ipurua. Un derby fraticida con los equipos exigidos por las urgencias. Mucho deberán cambiar los de Lillo (él también) para que las cosas ofrezcan un panorama más optimista. Ayer me quedé un poco ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ploff!!!!!!!!!!!!!!!!

Iñaki de Mujika