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Punto de partida

La Liga Adelante de Segunda División se estrena este fin de semana. Cuarenta y dos representaciones que durarán hasta mediados del próximo junio. Mucho tiempo para confirmar los papeles y el protagonismo que se adjudican a priori, justo antes de que se levante el telón.  En esta categoría se vuelven a encontrar la Real Sociedad y el Real Unión, tal y como sucedió hace cuarenta y cinco años (1964-65). Desde entonces no se han visto la cara en partido oficial.

 


Los puntos de partida son diferentes y los objetivos también. Mientras a los unionistas les empuja el subidón del ascenso y la ilusión por vivir una experiencia nueva e ilusionante en esta categoría de estreno, la Real intentará el ascenso por tercer año consecutivo después de un par de fracasos en las dos últimas temporadas. Su sitio está en Primera, pero la tradición enseña que bajar se baja fácil, pero subir…

En estos tres últimos ejercicios la plantilla realista ha visto la cara de Coleman, Eizmendi y Lillo, antes de la llegada de Martín Lasarte, el nuevo entrenador. El uruguayo aporta algunas novedades tácticas (marcaje al hombre en los corners, por ejemplo), un diferente libro de estilo y un cierto aire de agresividad del que sus jugadores no están precisamente sobrados. ¿Será capaz de superar la presión externa si los resultados no acompañan?. La eterna pregunta que sólo el tiempo resuelve.

La plantilla ha sufrido bastantes variaciones porque se han incorporado Jonathan Estrada, Carlos Bueno, Alberto de la Bella, Emilio N’Sue, que se unen a los Zurutuza, Viguera, Esnaola, Sarasola, Ros…canteranos que comparten pretemporada con "los mayores" y que están a la espera del final reparto de números. ¿Serán de la partida?. El principal problema de los realistas a esta hora se centra en la portería. Cuatro guardametas, Bravo, Riesgo, Eñaut y Toño Ramírez, esperan la resolución del conflicto que les afecta. También han querido conseguir la cesión de algún jugador de tronío, pero hay mucha competencia y el asunto no está para nada fácil.

Por su parte, el Real Unión lleva tres temporadas con el mismo entrenador. Iñaki Alonso está cerca de cerrar un ciclo. Lo ha recorrido en buena parte con muchos de los jugadores que ahora afrontarán el nuevo reto. Prácticamente siguen los mismos futbolistas que lograron el ascenso. Al grupo se han incorporado  Iñaki Descarga, Gorka Brit y Markel Robles, tres vascos con experiencia. Han llegado dos cesiones de jugadores internacionales de clubes de Primera División Angel Montoro (Valencia) y Pedro Alcalá (Málaga) y para el centro del campo se ha conseguido la propiedad de Jagoba Beobide (cedido por la Real hace un año) y Rubén Durán (Lugo) al que se le siguió mucho la pasada temporada.

La pelea más dura y no resuelta ha consistido en la contratación de un central. Pasaron a probar el traje varios aspirantes, pero ninguno convenció. ¿Para qué desequilibrar y llevar la duda a los zagueros centrales?. Confianza en Josu Iglesias, Mendinueta, Larrainzar, Gurrutxaga y el joven Alcalá. Queda una ficha libre que permite comprar tiempo para comprobar desde ahora hasta Navidad cuál es el comportamiento del equipo y dónde debe reforzarse.

Los objetivos de ambos distan mucho. La Real sólo mira a Primera División. No ascender, decepcionará. ¿A la tercera, la vencida?. Los unionistas sueñan con los cincuenta puntos que otorgan el premio perseguido: mantener la categoría. Sin prisa, pero sin pausa. Paso a paso, como la tortuga que va lenta, pero nunca marcha atrás. Las semanas de preparación, los bolos amistosos quedan en el recuerdo. Ahora, todos los equipos están ya preparados en el punto de partida.

 

 

Iñaki de Mujika