Al entrenador Martín Lasarte le sorprende el interés de la prensa y el entorno respecto de las fórmulas que utiliza para aumentar el ardor de sus guerreros y la cota de implicación en el proyecto de cada fin de semana. Se nota que es nuevo. ¡Martintxo, llevamos tres años de depresión! Que en todo este tiempo lo más entretenido ha sido el día de Viernes Santo. Por si no te lo han contado todavía aquí convivimos con un descenso, un amago de ascenso, otro intento, cinco presidentes, otros tantos Consejos, varios entrenadores de corta o mediana duración, decenas de futbolistas, unos cuantos directores deportivos, legión de capillismos, una deuda de cojones, una soberbia lista de acreedores, unas cuantas denuncias, varios juzgados, un ERE y tal colección de chapuzas que desbordarían el Miguelete y el Pantanoso, los ríos que tanto conoces.
Es por ello que, si trasciende que nuestro equipo canta, baila y mueve el esqueleto a ritmo de candombe, gato, maxixa, vidalita, gato, milonga, chamarrita o pericón…sintamos un alivio interior, una liberación. Si además en los viajes kilométricos de autobús proyectamos Ben Hur, Braveheart, Terminator, Iron Man…los futbolistas saldrán al campo como un tomahawk . Me parece bueno conseguir El Cid , película descatalogada, en la que se advierte cómo El Campeador muerto, enterrado en su coraza, sobre Bavieca y con su espada Tizona, era capaz de ganar inerme una batalla. ¡Qué envidia de huevos!
Los realistas, prioritariamente los que han soportado el trienio caótico, temblaban cada vez que se abría la puerta del vestuario. Todos pidiendo. Que si un préstamo, que si una demora, que si una derrama, que si una rebaja de sueldos o una amenaza, o el abismo… Ahora, con las cosas más asentadas y con la nueva tecnología como carro al que subirse, el equipo trata de mejorar sus prestaciones. Empate en Las Palmas, derrota con el Rayo y nueva igualdad contra el Murcia. Por eso, el partido de ayer ante el Nastic valía mucho, sobre todo para comprobar hacia donde se marcaba tendencia. Todo apuntaba a nueva equidad pero el gol de Bueno en el descuento, gracias a la particular visión del asistente convirtió en victoria el empate. Tres puntos.
Antes, momentos buenos y otros notoriamente mejorables. Oportunidades para ambos. Impecables paradas de Riesgo, los goles de Agirretxe y Roberto y la sensación de un partido en el que la Real debía ganar como al final lo hizo.
A veces las cosas son más simples de lo que parece. Y si no que se lo pregunten a Belén Esteban. La madrileña de San Blas acapara las cotas de audiencia televisiva. Se dispara el share con un simple sota, caballo y rey (Jesulín, la Campa, su ex y alguna lágrima). Nada más elemental y grandioso a la vez. Sin complicarse la vida, simplemente con "Andreíta, cómete el pollo", arrasa.