Hoy domingo me levanto una hora antes que nunca. Los listos que deciden que a las tres sean las dos se creen que vamos a dormir más y que no nos vamos a despertar a la hora de siempre. ¡Que no guapitos, que no!. Que, por mucho que mueva las manecillas del reloj, el cuerpo es el que decide y que si todos los días suena el tutu a las siete de la mañana, hoy habrán sido las seis y para cuando usted lea este artículo llevaré bastante tiempo en danza.
La culpa no será para nada del equipo, porque el ttonttor de Nsue remató el impecable centro de Dani Estrada y los puntos se quedaron en casa, enlazando tres victorias consecutivas en propio feudo. Con toda justicia, por cierto. Los últimos minutos fueron como tantas otras veces en Anoeta. Se perdona tanto que al final los tienes de corbata, aunque con una diferencia que se antoja destacable. El equipo se defendió con orden, cerró filas con criterio y no vendió a Claudio. El valor de los puntos otorga la nueva opción de encaramarse a lo más alto de la clasificación, tomando copas con el liderato. No es mala compañía.
Llegué a Anoeta con la mosca en la oreja. Esa sensación de viento sur mezclado con humedad y sofoco no suele ser anuncio de nada bueno. El viento debió cambiar e hizo la tarde más llevadera. La clave siempre está en el viento. Eso he aprendido de Pello Zabala, al que entrevisté esta semana con motivo de la publicación de su último y recomendable libro. Las dudas se disiparon. Pronto se pudo comprobar que el equipo ofrecía pocas fisuras y que estaba por la labor, y que conocía sobradamente que la clave se llamaba paciencia. No cometer errores y saber esperar el momento. Siempre llega. Además lo hizo al inicio del segundo tiempo, rompiendo los planes diseñados en el vestuario por el míster visitante Lucas Alcaraz, técnico que sabe de que va esto.
Lo que son las cosas. Uno de los mejores, Zurutuza, se lesiona. Martín Lasarte debe cambiar y se decide por Nsue. Antes de cinco minutos se estrena como goleador y abre un camino que ofreció otras grandes oportunidades. Debieron convertirse en gol para certificar una victoria más contundente, que hubiera dejado mejor sabor de boca. Los realistas se lo ganan y disponen de un par de días de descanso. ¡Fiestuki!.
Igual que el menda. Lo voy a aprovechar para vaciar los armarios y guardar la ropa de verano y sacar la de invierno. Probaré uno tras otro los pantalones de temporada, camisas, chaquetas y jerseys. Todo menos las bufandas que, aunque engordes o adelgaces, siguen sirviendo.¡Son tan agradecidas!. Probablemente, me dé también por mover los muebles de la sala. Es una de esas manías que aparecen con la edad. Me divierto cambiando las cosas de sitio, aunque a veces cuando terminas no te gusta como queda y vuelves al punto de partida.
Nota: Por si les interesa, les informo que este miércoles la escultural Norma Duval visitará Irún para inaugurar una tienda de ropa.