elbeaterio.es

¡Tener fe significa no saber la verdad!

Por un momento pensé en la UVI. El viernes por la tarde llegamos a la plana Castellón y como siempre en la habitación del hotel inicié el trabajo de preparación del partido. Comparativas de las convocatorias, posibles alineaciones, trayectorias de ambos conjuntos. Lo habitual de cada semana. Hasta que llegué a un texto e inicié la lectura de la crónica previa del encuentro que nos ocupa. A medida que las líneas se sucedían fue creciendo el tamaño de mis córneas, la dimensión del iris y la luz del lagrimal. Aceleración cardiaca, pálpitos…¡Asombro!. ¡Extrañeza!. ¡Susto!. Esta sección navega en las aguas del oremus y no es ajena a la santificación. Convive con el misticismo y las estampas, escapularios, rosarios e imaginería. Por eso no debe extrañar lo que ahora transcribo sin corregir una sola coma. Esta es una parte de la información que, en la página web oficial del club local, se publica en relación al partido de ayer por la tarde en Castalia con el Castellón y la Real como protagonistas. Átense los machos que voy…

"La dualidad en el universo de la categoría de Plata fundamentada en sendos oponentes alejados cualitativa y cuantitativamente entre sí. No se trata una apreciación subjetiva. Hay una objetividad de corte estadístico al menos. La representación del yin y del yang que recrea la filosofía oriental. Dos fuerzas claramente opuestas vinculadas por la búsqueda de una idéntica finalidad; la obtención del Grial del triunfo redentor en el caso albinegro y santificador en el ejemplo que marca la entidad realista. Es el típico duelo que genera una pugna entre la razón y la fe. El pensamiento más frío determina la vulnerabilidad albinegra ante el ejercicio de poder que ejecuta cada semana la Real Sociedad en la Liga. La fe, en su vertiente más religiosa, impulsa al C.D. Castellón. Sus jugadores se aferran a la convicción para aislar a la razón del silogismo. Lo anunció Nietzsche. "Tener fe significa no saber la verdad". Y la verdad en la previa de la jornada decimosexta es indisimulable aunque los futbolistas pretenden rebelarse ante este principio".

Lo leí tres veces. Despacio. Una clase de filosofía de aquellas que impartía el Profesor Artigas en segundo de facultad no me hacía pensar tanto. Si la llegada del líder a casa del colista provoca semejante ejercicio paráclito, no quiero pensar en lo que sucedería si los orelluts pugnasen a esta hora por el mismo objetivo que la muchachada de Martintxo. ¡Queridos colegas de la canallesca guipuzcoana, queridos responsables de prensa del club realista, querido Iñaki, aprendamos la lección!. ¡Cuán gran beaterio!.

Pero, como sucede tantas veces, las expectativas no se corresponden con la realidad. Recuerdo a otro profesor de Historia del Arte, cuyo nombre no cito, porque tuvo un hermano obispo y monseñor, que nos obligaba a subrayar los libros destacando siempre aquello que se consideraba referencial. Aún guardo el texto en el que nos hizo valorar que "el relieve caldeo-asirio es muy importante". Y se quedó tan ancho.

Los discursos, las declaraciones previas a los partidos suelen orientar o aclarar algunas cuestiones. La teoría y el papel aguantan todo. Incluso, que los puntos son más importantes que jugar bien. Ayer sólo valía la victoria. Lasarte sentó a Griezmann para sacar a Zurutuza y montar el chocho por dentro. Puso a Nsue a darse el palique con Rafita y esperó. Otra vez un balón parado. Corner, prolongada de X.Prieto y resolución del central. Labaka atinó y tres puntos al talego. La fe y la verdad de la victoria se dieron la mano.

Iñaki de Mujika