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Ensalada de colores

Monté cena en casa para compartir opiniones y ver, junto a los que saben, un partido que a priori tenía buena pinta. Por eso, como otras veces, vinieron Mikel Antía y GorKa Zelaia, entrenadores nacionales, que habitualmente comentan con nosotros los partidos de liga y que ven cosas que los demás no somos capaces de apreciar. Menú de calor: Ensalada de colores (lechuga, cereza, melocotón, nueces, antxoas y bonito), Espárragos de Lodosa, Foie de las Landas, Tarteleta de txampis sobre fondo de queso y para terminar unas pechugas asadas sobre patatas panadera y pimientos verdes. Cervezas, Coca Cola y un "Misión" del Clarillo, un vino frío chileno. Postre. ¡Menú largo por si el partido llegaba a la prórroga!.

No hubo prolongación, porque el dominio evidente de la selección española se tradujo al menos en un gol que Pujol subió al marcador de un soberbio testarazo. Lo merecía el equipo de Vicente del Bosque, porque su fútbol no se estila en la mayoría de los demás encuentros. Sobre esto comentábamos en la mesa. Muchos equipos se montan atrás, cerca de su portero, se juntan las dos líneas defensivas, tratan de salir al contraataque y esperan su oportunidad. Suiza, Chile, Uruguay, Paraguay…¿Y qué quieres que hagan con lo que tienen?, preguntaban.

Alemania y España se habían mostrado hasta semifinales como dos equipos respetuosos con el balón. Se intuía espectáculo. Lo hubo, en la medida que un equipo se hizo dueño de la pelota, la trató con mimo y la quiso llevar hacia el portal contrario. Lo intentó muchas veces, pero lo consiguió una. Fue suficiente el remate de cabeza de Puyol a falta de un cuarto de hora para el final. Los alemanes hasta entonces se dedicaron a "hacer recados", es decir a correr detrás de la pelota sin conseguirla. Eso cansa, mina y desconcierta, sobre todo cuando hasta este partido habían desempeñado papeles estelares.

La Eurocopa fue un punto de partida que concluyó con el campeonato. Era obvio que este equipo necesitaba otro test de altura para saber dónde están sus límites. Tras el fiasco ante Suiza, todo han sido victorias y si el domingo supera en la final a Holanda se pondrá a la altura de los más grandes equipos que en la historia lograron enlazar éxitos, como la Francia de Aimé Jacquet.

En la sobremesa nos acordamos de Pep Guardiola, porque la selección es su equipo vestido de rojo, con las valiosas aportaciones de Casillas, Ramos, Capdevila y Xabi Alonso, que éstá firmando un señor campeonato. Se puede añadir a David Villa que también vestirá de azulgrana el próximo año. Pero la columna, el estilo, el pálpito, los modos, la donosura… salen de esa factoría llamada "La Masía".

Iñaki de Mujika