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¡Por casualidad, claro!

El paso de la Real Sociedad por Segunda División nos enseñó muchas cosas y nos permitió conocer realidades diferentes. Una de ellas, sin duda, los árbitros. Peores porque militan en una categoría inferior. Ahora, recuperado el espacio perdido, vuel ves a las antiguas tradiciones. Estaba expectante por conocer qué colegiado nos iba a tocar en suerte para recibir al Villarreal en Anoeta. Estaba seguro, intuía que el agraciado iba a ser uno de nuestros amigos. ¡Bingo, Iñaki!

La Real se encontrará de nuevo con José Luis González González (castellano-leonés) al que perdió de vista en enero de 2009 tras dirigir en Anoeta el partido frente al Elche (0-0). Hasta entonces pasaron demasiadas cosas. Todas malas y contrarias a los intereses del cuadro realista.  Todo empezó en aquel derby frente al Éibar el 11 de noviembre de 2008.  El encuentro le vino grande y mostró demasiadas fisuras en su poco convincente actuación.

Fue el día de la grave lesión de Díaz de Cerio en aquella salida del meta eibarrés Zigor  Saltaron por los aires una tibia, un peroné y casi una carrera profesional. El árbitro pasó de largo incomprensiblemente. El encuentro se calentó y en otro lance cayó una botella sobre el campo, con tan mala suerte que fue a dar en la cabeza del técnico Lillo. González González, asustado, entendió que lo mejor era expulsar a Carlos Martínez "que pasaba" por allí. El Comité de Competición, a la vista de las imágenes, ni le sancionó. Para concluir la charlotada se fue a la carrera escaleras abajo dando por terminado el partido.

Pocas semanas después, "caliente el muerto", volvió a ser decisivo en la derrota de Albacete (2-1). Entonces se llamó a andanas, ignorando un penalty clamoroso en favor de los realistas, a los que dejó con diez por expulsión de Marcos García. Como si no quieres taza, te dan taza y media, cuatro semanas después volvió por Anoeta. ¡Tres veces en la primera vuelta de la 2008-2009!. Supongo que alguien llamó a la cúspide arbitral y pidió árnica. Nunca más volvió a dirigir un encuentro de la Real. Al final de temporada, le ascendieron. Por eso, no creo para nada en las fórmulas que premian o castigan las actuaciones de los jueces. ¡La geografía pesa demasiado!.

En su primera temporada en la máxima categoría ha terminado en el puesto decimoséptimo de un total de veintidós trencillas.  Ahora, excepción hecha de los tres colegiados vascos, quedaban diecisiete para designar. ¿Quién toca?. El árbitro con el que peor le ha ido a la Real en sus tres temporadas en Segunda. Cosas que pasan. ¡Por casualidad, claro!

Iñaki de Mujika