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Como para fiarse…

Gonzalo Arconada ya no es entrenador del Tenerife porque fue cesado tras la derrota de su equipo ante el Celta en propio feudo. Como hacía bastantes semanas que se venía anunciando la posibilidad de su marcha, no creo que la noticia haya sorprendido. Tampoco, si se valora lo que habitualmente sucede, cuando las rachas de los equipos no son buenas y se tira por la calle del medio a ver qué pasa.


Los canarios añoran a su técnico anterior José Luis Oltra. Con él ascendieron y casi logran mantenerse en Primera División. El descenso a Segunda derivó en su salida del club. Eligieron a Arconada, un entrenador fabricado a sí mismo con principios claros de exigencia, meticulosidad y cierto aire de modernismo, amparado en las nuevas tecnologías y estilos de hacer las cosas.

 

Esas características van bien para un tipo de futbolista y geografía, pero chirrían en donde las costumbres son otras. El técnico donostiarra es más norteño que sureño. Lo demuestran sus éxitos y sus fracasos, salvedad hecha de la Real Sociedad en donde le hicieron la cama con jergón y mantas. Los futbolistas acostumbrados al trabajo y a la disciplina le aceptan. Los que no saben convivir con esas realidades no otorgan el plus necesario que un equipo exige para imponerse.

 

A raíz de esa situación y si los resultados no acompañan, empiezan a moverse cimientos y estructuras a la búsqueda de un mundo mejor. Si encima, los que están más cerca del entrenador colaboran con la causa y le traicionan, apaga y vámonos. Sólo así pueden entenderse las declaraciones de Arconada al referirse a Toño Hernández, su ayudante: "Al principio la relación fue buena; luego él tomó la decisión que tomó y lógicamente no se puede tener confianza en una persona que está al lado tuyo y que te la está jugando. Lo que más me ha dolido es ser traicionado por una persona en la que confías y que tienes tan próxima. Nunca dijimos que tenía que estar fuera, pero queda claro que él empezó a mover hilos hasta que consiguió lo que buscaba".

 

Algo muy grave ha debido suceder para que Gonzalo Arconada se manifieste de este modo. El entrenador que conozco es sin duda diferente, en el hacer y en el decir.

Iñaki de Mujika