Un derby deja siempre secuelas. En dos direcciones, según el resultado. El que gana refuerza sus tesis y hace buenas sus teorías. El que pierde convive con las dudas, se replantea cosas y quizás le da al encuentro un exceso de valor. Al fin y al cabo, siguen siendo tres puntos.
El partido de Anoeta confirmó a la Real en su trayectoria. No tiene otro objetivo que alcanzar los 43 puntos que garantizan seguir un año más en la categoría. Cuenta ya con 22, lo que significa haber cubierto la mitad del camino antes de que concluya la primera vuelta. Por delante, a corto plazo, un calendario duro y exigente que lo afrontará con la tranquilidad de lo que ya se ha hecho.
Para el Athletic el partido fue otro encuentro de los de fuera de casa, en lo que tanto le cuesta sumar puntos y victorias. Quizás creyó que era la oportunidad para romper la tendencia y progresar en la clasificación que es lo que desea. Como el plan falló, tengo la sensación que se ha demonizado en exceso al grupo y al central San José. Se trataba de buscar un culpable con el que redimir las penas de la decepción inesperada.
Cuando salía del encuentro comentaba con el entrenador Gorka Zelaia, que jugártela cada domingo con gente tan joven conlleva riesgos. Su contestación fue rápida "tienen mucho mérito". Indudable. El futbolista de Villava remató nada más empezar un balón que olía a gol y que Bravo evitó con su mejor y única parada de la noche. Luego, se equivocó y no tuvo fortuna en los goles contrarios. Pero de ahí, a culpar de la derrota al joven central y hacer escarnio de sus errores cuando menos es falta de respeto.
Los dos equipos no se volverán a ver la cara hasta Semana Santa, aunque algunos se reunirán en la selección de Euskadi antes del final de año. El entorno realista ha disfrutado sin ocultarlo por la victoria de su equipo que, cuando menos, está ofreciendo un comportamiento fiable y regular, sin perder la cabeza incluso en los momentos de euforia. En medio de ella, los técnicos han decidido que esta semana sea de pruebas físicas, tests de comprobación, que permitirán calibrar el estado de una plantilla muy convencida de lo que hace.