La jornada posterior al puente no está siendo fácil. Cuesta digerir algunas noticias. Las detenciones de una atleta como Marta Domínguez, su preparador César Pérez, su manager José Alonso Valero, el entrenador Manuel Pascua Piqueras y el médico Eufemiano Fuentes, entre otros, ponen rojos los teletipos de las agencias de información y crean un "schock" cuyas consecuencias se conocerán en corto plazo cuando el juzgado que instruye el caso levante el secreto del sumario y cuente la historia real que salpica y de qué manera al atletismo.
El detonante que abrió el portón de este deporte y su relación con el dopaje afectó de lleno a Paquillo Fernández, a quien un día encontraron hace meses en la nevera de su casa en Granada sustancias dopantes. Pese a que nunca dio positivo en ningún control, el marchador andaluz fue sancionado con dos años "por posesión" de sustancias prohibidas. No hace demasiadas horas, esa sanción quedó reducida a la mitad por colaboración con la justicia. De la Operación Grial hemos pasado a la "Galgo", y no hace falta ser muy inteligente para entender que de sus testimonios se derivan las actuaciones de las últimas horas.
Las personas afectadas pertenecen a la elite de este deporte. Marta Domínguez que espera un hijo anunció, por esta causa, su retirada de la competición durante unos meses. Poco después, la atleta es arrestada por supuesta facilitación de sustancias dopantes, no por consumo. La situación se agrava más si tenemos en cuenta que esta deportista palentina es a su vez vicepresidente de la RFEA, organismo que salió rápido a la palestra tratando de poner un punto de cordura en el tsunami informativo que les afecta de pleno, aunque en ningún caso debe olvidarse la presunción de inocencia.
Si el ciclismo, Operación Puerto, sufrió los avatares de una investigación y muchos corredores se vieron afectados de pleno, ahora, con este nuevo proceso, no parece que las consecuencias vayan a ser menores. El deporte español necesitaba ganar credibilidad en la lucha contra el dopaje que muchas veces ha sido puesta en tela de juicio. Recientes campañas televisivas con el argumento de "tolerancia cero", esta Operación Galgo y lo que suceda con Alberto Contador pueden ser determinantes en el futuro.