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Un piloto con apellido

Fonsi Nieto (Madrid, 1978) ha decidido bajarse de la moto porque la recuperación del grave accidente sufrido en Indianápolis en 2010 no ha sido lo que necesitaba para seguir en competición. Disputaba en aquel circuito unos entrenamientos de Moto2. Sobrino de Angel Nieto pone fin a una trayectoria en la que el apellido ha perdurado en el tiempo, con él y con sus primos Pablo o Gelete ya retirados.


Las pantallas de cronometraje aque día de septiembre de 2010 indicaban, con los cascos rojos, que Fonsi iba en tiempo récord, en vuelta rápida. Pero la moto, de pronto, le lanza por el manillar, con tan mala suerte que cae de pie sobre el asfalto, y su pierna izquierda se destroza en menos de una décima de segundo. Su astrágalo y calcáneo quedan hechos añicos. Sufre una fractura por estallido, los huesos quedan fragmentados en un lugar muy delicado, pues es la conexión con el tobillo.

Le trasladan al Methodist Hospital donde comprueban que están ante un caso muy especial. Reconstruyen los huesos con meticulosidad y lo que habitualmente supone una intervención de dos horas, aquí se convierte en seis. Deciden no dejar la herida abierta con un drenaje y rodean el pie con una venda. Superados los efectos de la anestesia y ya en la habitación, Fonsi Nieto grita y grita de dolor. Llega una doctora que le suministra calmantes. Parece quedarse tranquilo, pero la Sra. Joly no se convence al ver el rostro del piloto. ¡Help, help!, grita pidiendo auxilio.

Acuden más médicos y enfermeros. La dosis suministrada le detiene el corazón. Le golpean, le tratan de recuperar. Sufre una parada cardiaca de cuarenta segundos. Se vive un drama. Consiguen devolverle a la vida. Pero su pie sigue mal, muy hinchado. Le operan una segunda e incluso una tercera vez. Desde entonces hasta el momento de la despedida, un proceso de recuperación que no termina de culminarse.

Con lágrimas en los ojos dice adiós. Se dedicará a otra cosa. Quizás en el mundo de la moda y lo mediático encuentre acomodo. Conocidas son sus relaciones con Elsa Pataky, su boda con Ariadna Artiles, su separación y los amores adjudicados con otras famosas como Almudena Fernández, Cristina Tosio o Carmen Jordá. O quizás siga en el deporte, desde una escudería como manager de pilotos. El tiempo y la reflexión decidirán su futuro, pero las motos GP no le sentirán como piloto.

 

 

Iñaki de Mujika