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Eso que llaman esfuerzo

Eneko Llanos vuelve a ser noticia destacada porque ha ganado el Ironman de Arizona en Estados Unidos, tras superar las pruebas de natación, ciclismo y atletismo, especialidades que componen el exigente reto. Es la segunda vez que un triatleta en Tempe consigue bajar de la barrera de ocho horas de carrera, en concreto siete horas, 59 minutos y 38 segundos.


El triunfo no fue fácil en absoluto porque el vitoriano llegó en undécima posición a la transición entre la prueba de natación y la bicicleta, a dos minutos de la cabeza de carrera. Pero fue sobre las dos ruedas en donde impuso su ley  aprovechando fuerza y técnica para superar rivales. Entre ellos Paul Arney, que llegó a meta un minuto y cincuenta y un segundos después que Eneko Llanos. El británico comenzó con autoridad la prueba atlética, pero el vitoriano fue recortando distancia hasta llegar casi en igualdad.

Luego, todo pareció más fácil. Sin embargo, será bueno recordar que la prueba de ironman es la prueba más exigente del triatlon. Consta de 3,86 km de natación, 180 km de ciclismo y 42,2 km de pedestrismo (trote). Para superarlo deben someterse a duros entrenamientos físicos y psicológicos ya que la dureza de la competición y el tiempo que emplean en realizarla obliga a esfuerzos casi inhumanos.

Esta especialidad es relativamente moderna ya que fue en febrero de 1978 la primera vez que se compitió de este modo. Aquel día salieron quince hombres, bajo la atenta mirada del autor de la idea, John Collins, comandante de marina, que aseguró antes de la prueba que "Quienquiera que termine en primer lugar, vamos a llamarlo Ironman." Sólo doce concluyeron la carrera, y el primer Ironman fue Gordon Haller, con un tiempo de 11 horas, 46 minutos y 58 segundos.

Pasados los años, Eneko Llanos demuestra con orgullo ser un respetado ironman

 

Iñaki de Mujika