Las empresas de pelota a mano profesional no aciertan. O si lo prefieren no terminan de convencer. Lo tienen todo para triunfar y cada vez que sucede un imprevisto quedan al descubierto sus muchos límites. La modalidad de mano es un privilegio, Cuenta con pelotaris imponentes, con seguidores que lo soportan todo y un tratamiento televisivo que no está al alcance de la mayoría. Sin embargo, no redondean porque no hacen mucho por evitar dislates.
El pasado viernes Berasaluce VIII – Albisu se enfrentaban a Arretxe II – Begino en Larrainzar, el frontón más cercano a la casa de Aritz, contento por su renovación de contrato y dispuesto a jugar y ganar. Cuando en el marcador se leía empate a un tanto, una escapada de Albisu fue a parar a la nuca de Iker Arretxe. A resultas de golpe, debió ser trasladado a un centro hospitalario por lo que el partido tuvo que ser suspendido.
La deriva de esta situación conlleva que la pareja que se lleva el golpe queda derrotada automáticamente por 22-1. Obviamente el oelotazo fue involuntario, pero la decisión final les premia, lo que parece un despropósito, porque el campeonato sufre menoscabo. La pareja vencedora suma un punto sin pegar un palo al agua. Será así, pero no parece la mejor solución.
Como lo que les preocupa por encima de todo es salvar la transmisión televisiva, se montan sobre la marcha un apaño. Mandan a la ducha a Pablo Berasaluze y dejan un mano a mano entre Albisu y Begino que no motivó a ninguno de los dos que tenían la cabeza en otro sitio. Y los espectadores que se sentaban ante la tele también. Supongo que muchos cambiaron de canal.
A las empresas de pelota a mano les llueve sobre mojado. Los recientes casos de Barriola, Xala, Olaizola…ponen de manifiesto el claro margen de mejora que todos esperamos de las empresas. ¿Cuesta tanto poner las cosas en orden, racionalizarlas y darle a este deporte el respeto que se merece?.