El entusiasmo de los pueblos por mantener sus pruebas deportivas es grande y sólo posible desde el esfuerzo de muchas personas que, a cambio de nada, meten horas y horas para hacer grande aquello que les representa. Nuestro calendario está lleno de eventos que sobreviven con dificultades al signo de los tiempos. Por un lado, cada vez es más complicado encontrar voluntarios. Por otro, la crisis de recursos económicos dificulta la viabilidad de las citas importantes.
En el camino han ido desapareciendo pruebas de calado. Por ejemplo, la Bicicleta Eibarresa o la Subida a Urkiola, por no citar otros muchos torneos, víctimas de la falta de recursos. Sin embargo, otras aguantan el tirón. Es el caso del Cross de Elgoibar que un año más llega a la cita. Han conseguido reunir un plantel importante de atletas. Etiopes, kenianos, europeos…que propician una competición más que interesante.
En el camino muchas historias y anécdotas. Fermín Arrese conoce muchas de ellas y a sus 82 años va a recibir un homenaje de la organización porque desde 1948 permanece ligado a la prueba elgoibarresa. Recuerda los tiempos de la sociedad Egotoki a la que luego relevó el club Mintxeta en la gestión de la prueba. En el camino cuenta anécdotas como que la Federación Internacional impedía pagar dinero a los corredores porque no eran profesionales. Relata que los ganadores vendían los premios que recibían. La dieta entonces era de cinco dólares.
La organización de este año mira al cielo. Le gusta que haga sol y frío, pero es probable que se encuentren con agua y barro. Sólo en 1981 la prueba debió suspender en el circuito de Lerún. Cayó tal nevada que fue imposible el desarrollo de la prueba.
En los libros de las ediciones cumplidas se escriben estas historias. El domingo, otros nombres protagonizarán la prueba. ¿Ganará de nuevo Komon?. la cita el domingo en el circuito de Mintxeta con el caldo tradicional, las gradas llenas y la disputa que supone ganar una prueba del prestigio de la elgoibarresa.