Iñaki de MujikaMontanier es el entrenador de la Real Sociedad. Vive en un mundo que muchas veces no coincide con el de los aficionados, dirigentes, algunos medios de comunicación y el propio entorno del club. Hace una semana, en San Mamés, su equipo sufrió las inclemencias de una actuación poco gratificante del árbitro del encuentro Mateu Lahoz. Al menos, dos de sus decisiones perjudicaron claramente al equipo, sobre todo la no concesión del legítimo gol de Carlos Vela.
Si el tanto hubiera subido al marcador, tal vez, porque los realistas empataban, el partido se moviera por otros derroteros. La indignación fue grande, más aún después de comprobar en las imágenes de Canal+ el diálogo entre el colegiado y su asistente al respecto de la jugada. En ese partido desde el primer minuto el árbitro no fue el que acostumbra. Se enmarañó y distribuyó tarjetas muy por encima de su costumbre.
Su influyente actuación hizo sonar el teléfono del presidente de los árbitros. Sánchez Arminio escuchó las primeras quejas y no le quedó otra que reconocer que el gol era gol y no un espejismo. Como llueve sobre mojado y el equipo no hace más que sufrir atropellos, expulsiones, sanciones indiscriminadas, imposibles de entender si se relacionan con otros papeles, no le ha quedado otra al presidente Aperribay que acudir a Madrid, pasarse por los despachos y expresar su hartazgo por tanta tropelía.
Lo hace pocas horas de que su equipo afronte el encuentro ante el Zaragoza. Un partido decisivo que dirigirá el madrileño Velasco Carballo con el que los guipuzcoanos no han ganado nunca y que de los once encuentros arbitrados en la presente temporada, ocho acabaron con algún expulsado. El trencilla que representará al fútbol español en la próxima Eurocopa no está firmando actuaciones redondas. Viene de un conflicto con el Barça y Piqué, así como de un partido espeso en Lisboa.
En medio de la preocupación general y del mosqueo por lo que acontece, Montanier da su rueda de prensa habitual antes de cada partido. Tiene a bien afirmar que Mateu Lahoz, salvo dos actuaciones puntuales, estuvo muy bien en Bilbao y que el nivel del arbitraje español es muy bueno. Es decir, que mientras su presidente se mueve en Madrid protestando por lo que le hacen a su equipo, Philippe Montanier pone por las nubes al colectivo.¡ El francés no es de este mundo!
