Iñaki de MujikaLos sorteos de las competiciones europeas de fútbol suenan milagrosos. Casi siempre pasa lo que le interesa a la organización, a los equipos y al negocio. Paul Breitner ha sido la mano inocente encargada de abrir una especie de huevitos de los que salen los papeles que contienen el nombre de cada club.
La Champions ha quedado como la gran mayoría deseaba. Es decir, que Barça y Real Madrid sólo se verán la cara en la final si llegan después de eliminar adversarios en el camino. A las primeras de cambio, los madridistas deberán superar al Apoel chipriota, en principio la perita en dulce que todos anhelaban.
Los de Pep Guardiola se toparán primero con un hueso duro de roer. Así se entiende la cita con el Milán de Ibrahimovic, siempre dispuesto a amargar a su antiguo equipo y al entrenador con el que se las tuvo tiesas. Luego cada conjunto se encontrará en semifinales con un rival de cierta talla. Si no fallan, volverán al frente de guerra, sin trincheras ni parapetos, con el cetro de Europa en juego.
El Athletic en la Europa League dispone de un nuevo reto frente al Schalke 04 de Raúl, Jurado y Huntelaar, primero en Alemania. Si es superior en el envite, su rival saldrá de un poco atractivo Sporting de Lisboa-Metalist. Se intuye que los de Bielsa pueden pasar y llegar a la final de Bucarest. Su rival sería conocido, porque Valencia o Atco. de Madrid son favoritos en sus previos y uno de ellos sobrevivirá en la semifinal.
No hay mucho tiempo para especulaciones. Antes de final de mes, se anuncian los primeros partidos, mientras que en la semana de pasión se decidirán todos los decisivos cuartos. Es el paso obligado para acceder a los partidos con premio. A partir de ahora, todos dedicados a preparar vídeos, informes, viajes, taquillas. Huele a buen fútbol con partidos atractivos.
