Itxako y Bera Bera dieron el primer paso para encontrarse en la final de la Copa de la Reina que se juega en tierras de Altea. Los dos equipos ya son semifinalistas y están más cerca de volverse a encontrar. De alguna manera pudiera ser lo previsto por la mayoría de pronosticadores. Conviene no perder de vista que ambas formaciones ocupan las dos primeras posiciones de la liga. ¿Será cosa de dos?.
Las guipuzcoanas afrontaban ante el Elche un partido clave. Caer en cuartos hubiera supuesto una decepción para el cuadro que entrena Reyes Karrere. La preparadora se encargó de aumentar el nivel de concentración de las jugadoras recordándoles que en el campeonato de liga las ilicitanas ya les habían ganado. Sin ninguna razón para que se desataran las euforias, Bera Bera pasó por encima del Elche como un ciclón (30-22). Ahora, ya en semifinales, les espera un Alcobendas coriáceo.
Itxako hizo lo propio ante el Mar Sagunto (22-37). Ganar por quince goles de diferencia en este deporte está al alcance de muy pocos. Las navarras son un conjunto referente, consolidado en Europa y superior en las competiciones domésticas. La holgura del resultado demuestra que apenas las valencianas opusieron resistencia o recursos para frenar el alud que se les vino encima desde el pitido inicial.
Su rival en semifinales será el Mar Alicante que debió echar el bofe sobre la cancha para derrotar a las canarias del Rocasa. Tal y como comenzó y siguió el partido parecía imposible. Pese a ello, las alicantinas reaccionaron a tiempo y ganaron por la mínima. Buena noticia para la organización porque es el único equipo mediterráneo que ha superado la prueba de los cuartos de final.
Y digo esto porque Alicante se merece alguna recompensa. Hoy en día, tal y como están las cosas, organizar eventos deportivos es para valientes. En menos de un mes, esa provincia ha acogido un Preolímpico masculino, la Copa del Rey y ahora la Copa de la Reina. El balonmano se lo agradece.