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La carta de Ekaitz Saiés

Ekaitz Saiés es un piragüista que lleva preparando ocho años su presencia en unos juegos olímpicos. No pudo ser en Pekin, ni tampoco ahora en Londres. Pese a llevar una organización personal rigurosa y exigente, ha tenido que ceder ante un rival que le ha superado. Lejos de lamentarse y buscar excusas, escribe una confesión ejemplar en su blog. Ejemplos como éste alimentan la parte noble del deporte. Por eso, será bueno que valoremos también documentos tan sinceros como éste:

 

“El pasado martes finalizó mi “camino hacia Londres 2012″ tras perder el Selectivo para acudir al Clasificatorio Continental contra el campeón olímpico Saúl Craviotto. Un camino que comenzó hace 4 años tras perder todas las opciones de poder estar en los JJOO de Pekín 2008. Ese mismo año, antes incluso de que comenzarán los JJOO de Pekín, me prometí a mí mismo que lucharía con todas mis fuerzas por estar en Londres. Gracias a uno de los palistas que más admiro en el mundo del piragüismo, mi amigo y campeón olímpico Tim Brabants, tuve la oportunidad de poder entrenar en la pista olímpica de Londres en Mayo de 2008 y en Julio de ese mismo año, durante la última fase de preparación de Tim.

Dos años más tarde, y con la misma determinación de estar en los JJOO, volví a coincidir en Londres con otro de los palistas que más admiro. El gran David Cal. Conozco a David desde que éramos cadetes. Aquél año lo ganamos todo en nuestras respectivas modalidades: 5.000, 1.000, 500 metros… Pero él ha llegado muchísimo más lejos. Y lo seguirá haciendo. Desde aquí me gustaría aprovechar para desearle toda la suerte del mundo para lograr esa medalla de oro en Londres. A él y al genio que está detrás suyo, su entrenador Suso Morlán.

El año pasado volví a Londres para competir en el London 2012 Test Event. Una competición muy importante para mí, ya que por primera vez iba a competir en la pista de los JJOO contra muchos de los que, seguramente, disputen la final olímpica de este año. Conseguí realizar una gran final, pero me quedé con un sabor agridulce. Llegué en cuarta posición a menos de una décima de la medalla de plata y menos aún del bronce.

Estos cuatro años no han sido un “camino de rosas” para mí. En Diciembre de 2010, tuve un accidente de moto y me fracturé la pierna. Al igual que en las películas, la doctora, al ver los resultados de las radiografías, me dio la opción de elegir entre la buena o la mala noticia primero.

Elegí la buena primero y me dijo: “Bueno, no tienes dañada la columna vertebral y ese dolor en la clavícula es una fuerte contusión pero mejorará en unas semanas. La mala es que tienes una doble fractura en el peroné y vamos a tener que operarte de urgencia”.

Me imagino que ése y otros golpes que me he llevado durante todo este “camino” han hecho de mí una persona de gran resiliencia.

He aprendido a sobreponerme rápidamente de las derrotas y disfrutado como nadie de las victorias. Me gustaría citar uno de los muchos mensajes que recibí el pasado martes. Una persona a la que también admiro, el medallista olímpico en Atenas 2004 Ian Wynne, me decía en el mensaje: “Se nos define por nuestras acciones y por los caminos que tomamos. No por nuestros destinos. Debe estar orgulloso de tu camino”. Gracias Ian, lo estoy.

El destino final no ha sido el esperado, pero el trayecto ha sido apasionante. Como digo siempre, “he conseguido mucho más de lo que había soñado cuando comencé”.

Para mí, el espíritu olímpico no sólo representa acudir a unos JJOO, sino poner todo tu empeño en intentar acudir a ellos. Lo consigas o no.

Me gustaría terminar agradeciendo a todas las personas que han formado parte de este increíble camino. Le decía Napoleón a su esposa en una carta que “la victoria tiene cien padres y la derrota es huérfana”, pero gracias a todos vosotros y por todo vuestro apoyo, me he dado cuenta de que siempre he estado acompañado, tanto en las victorias como en las derrotas.

Eskerrik asko bihotzez.

  

Iñaki de Mujika