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Un restaurante en Ayegui

Pienso a esta hora en Javi Martínez, el centrocampista del Athletic, que va a enlazar una temporada con otra sin tiempo de descanso y sin saber muy bien cuál vaya a ser su papel principal en el futuro.

Pieza clave en el juego rojiblanco el pasado ejercicio, disputó las finales de Copa y Europa League, jugó todo en la liga y su nombre estaba entre los elegidos por Del Bosque para la Eurocopa.

Cierto es que en Polonia-Ucrania apenas ha jugado unos minutos, pero ha entrenado como los demás, ha viajado comos los demás y lo ha celebrado con sus compañeros, luciendo una enorme bandera de Ayegui su pueblo natal que paseo con orgullo por el césped luminoso del estadio de Kiev. Le ha dado tiempo de inaugurar su reaturante, bendecido por el párroco y seguro que muy concurrido a partir de ahora.

Poco después de bajarse del autobús de las celebraciones conoció que los responsables del equipo de fútbol olímpico le incluían en la lista previa a Londres 2012. Cuando su equipo esté disputando las previas europeas, el medio centro del Athletic andará cerca del Támesis, jugándolo todo, porque en ese equipo va a ser referente principal.

Previsiblemente, llegarán lejos. Tanto, que a la vuelta apenas dispondrá de tiempo para desconectar y volverse a conectar porque la liga estará a punto de iniciarse. Ander Herrera, Iker Muniain, Mikel San José, Iñigo Martínez, si pasan el corte vivirán experiencias similares, aunque ninguno con la carga física y mental que dan tantos partidos exigentes.

Alguien debería pensar un poco en los deportistas. Alguien deberá seleccionar las fechas, las grandes citas y entender que los practicantes son de carne y hueso, aunque me temo que quienes organizan los “saraos balompédicos” en estos casos miran hacia otra parte.

Iñaki de Mujika