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Y en los cuadros delanteros, Titín

La noticia se ha comentado estos días en los medios de comunicación. Recoge los veinte años como profesional del pelotari Augusto Ibáñez “Titín”. Es posible que como lector te hayas quedado en el titular sin entrar a valorar las cosas un poco más allá. Veinte años, a pelotazo limpio, creciendo día a día hasta convertirse en icono de los aficionados que han acudido una y mil veces a la cita cautivadora con el delantero de Tricio.

En el argot pelotazale cuando se refieren a los cuadros delanteros hablan de “cuadros alegres”, porque es allí donde está lo vistoso, lo rápido, lo intuitivo, el remate y la definición. Todo al mismo tiempo.

En esa zona vive la osadía, el atrevimiento a hacer cosas que encandilen a la grada. Titín es maestro. Juega con sus virtudes y con la tensión de sus rivales que saben de sobra que si entra puede montar el taco y decidir la jugada en un santiamén.

Veinte años, a una media de 75 partidos por temporada, suman mil quinientos encuentros. Si a esta cifra le añadimos los pelotazos, los tantos, las dejadas, las dos paredes, los ganchos, los saques y las boleas alcanzamos cantidades astronómicas.

El rendimiento no es medible como las cifras, pero si ha llegado hasta aquí, con cuarenta y tres años y con el respeto de la empresa que le paga, compañeros, medios y seguidores no podemos hablar de casualidades sino de rendimiento. Lo que es y lo que tiene se lo ha ganado en la cancha.

Además de todo esto, hablamos de un pelotari riojano. Un jugador referente en su territorio, espejo en el que se han mirado muchos chavales dispuestos e ilusionados por recoger el testigo. Ese momento, cada día que pasa más cercano, mira y apunta a Merino II, el zaguero con el que hace pareja y con el que vuelve ahora a competir en la feria de San Mateo que es como el pasillo de su casa. 

A lo mejor no ganan, pero los partidos en los que salten al Adarraga habrá garra y valentía, porque es lo que le va. Por eso es grande.

Iñaki de Mujika