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La muerte de un linier

Parece inexplicable que un país como Holanda protagonice un suceso lamentable que ha conllevado la muerte de un linier en un partido de juveniles. La Fiscalía de Holanda ha acusado de homicidio a tres jóvenes de entre 15 y 16 años detenidos como supuestos autores de la agresión a un juez de línea de 41 años, que falleció a causa de los golpes recibidos.

Si no llega a ocurrir esta desgracia, el partido entre el “Buitenboys B3” y el “B1 de Nieuw-Sloten hubiera pasado absolutamente desapercibido. Lo mismo que el nombre del asistente Richard Niuwehuizen, cuyo violento fallecimiento ha ocupado todas las portadas de los principales diarios holandeses.

Las informaciones que llegan cuentan que los testigos no creen que el arbitraje fuese polémico y que las decisiones del asistente o del propio árbitro no fueran normales, aunque también se recoge que el partido debió interrumpirse varias veces por presuntos episodios violentos.

Cuesta entender que el linier fuese agredido por futbolistas menores de edad, que le propinaron una patada en la cabeza y tres en el abdomen, a resultas de las cuales ha muerto. El asistente pudo caminar por su propio pie hasta la cantina del campo, pero se sintió indispuesto y fue trasladado al hospital, donde falleció este lunes.

El país está consternado porque la noticia es impactante y ha conmocionado a la sociedad holandesa. La justicia se ha puesto manos a la obra y un juez de instrucción deberá decidir sobre el comportamiento de estos chicos que están bajo sospecha de homicidio, agresión y actos públicos de violencia, aunque la sanción deportiva no podrá ir más allá de una suspensión por tres años ya que son menores de edad.

Los tres sospechosos han sido expulsados de por vida de su club, pero sobre ellos pesará siempre el recuerdo del estropicio realizado. La policía sigue con las investigaciones e incluso podrían detener en las próximas horas a otro par de jugadores implicados en el suceso.

Cabe hacerse muchas preguntas. ¿Problemas de educación?. ¿En qué estado se encontraban?. ¿Quién les incita a tales comportamientos?. El tiempo dará respuestas, pero ninguna devolverá la vida a un hombre anónimo que estaba allí por ellos y para ellos.

Iñaki de Mujika