Iñaki de MujikaA la Real le cabe el honor de ser el primer equipo de la liga que consigue derrotar al Barcelona. Para ello ha sido necesario esperar una vuelta entera en la que los de Vilanova han sumado tantos puntos que a estas horas la distancia sobre sus perseguidores sigue siendo considerable.
El entrenador catalán se apresuró a decir en la rueda de prensa posterior al encuentro que el mérito era de la Real y no demérito de los suyos y que por eso no tenía nada que reprocharles. Contado así parece una historia de amor, pero supongo que en su fuero interno sabía de sobra que el Barça se dejó escapar lo que en un cuarto de hora había conseguido.
Como casi siempre la salida azulgrana fue letal. Dos goles en muy poco tiempo, otros dos lanzamientos al palo y un error de Messi antes de que sucediera todo lo que acabo de relatar. Es decir, que los primeros minutos del encuentro fueron catalanes a rabiar.
Muchas veces les sucede a los corredores que desde el pelotón toleran una escapada en la convicción que la neutralizarán antes de la meta. Salvando las distancias, el Barça se dejó llevar por la corriente y no fue capaz de cerrar el partido con un tercer gol de sentencia. Como los locales hicieron diana antes del descanso, el partido entró en una dinámica favorable a los intereses realistas a los que la situación les animaba a intentarlo.
Luego, fue todo en la dirección que los guipuzcoanos querían. Expulsión de Piqué, un gol relativamente pronto para empatar y el tanto de la victoria, ya en el descuento, sin tiempo de reacción para los visitantes que repitieron el guión de hace un año aunque esta vez sin punto alguno que llevarse en el viaje de vuelta.
El carácter de los txuri urdin fue decisivo. Viven en una tierra poco eufórica, poco llamada al optimismo. El guipuzcoano ve una botella casi llena y cree que falta un poco. La fe y la esperanza suelen juntarse en el lado del más débil: aquél que sabe que no es tan grande como el rival, pero que éste no es invencible. Lo demuestra el deporte muchas veces. Creer en tus fuerzas en ocasiones conlleva premio. La Real lo consiguió para satisfacción propia y de su gente en día muy señalado.
