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“Mi cabeza se hace mil preguntas sin respuesta”

Elustondo no lo está pasando nada bien. El esguince de tobillo que sufrió en 2008 le ha provocado un sinfín de contratiempos físicos que le han impedido alcanzar una mínima continuidad. Ahora ha decidido priorizar su total recuperación a reaparecer cuanto antes. El relato de su ‘vía crucis’ impresiona.

(Este es el comienzo de una entrevista que Mikel Recalde le ha realizado al jugador de la Real Sociedad, Gorka Elustondo. Por su contenido e interés, me apetece compartirla contigo)

Lo primero, ¿cómo está?

Ya mejor, pero todavía con alguna carga o molestia muscular que otras veces se ha convertido en rotura. Me encuentro mejor de la rotura anterior, de la que ya estoy recuperado, pero voy con mucha precaución.

¿Le dan explicaciones de qué es lo que le pasa y por qué?

Aquella grave lesión que sufrí en uno de los tobillos contra el Alavés (octubre de 2008) me dejó una deficiencia, con menos movilidad que en el otro. Se produjo un acortamiento de los músculos que no permite trabajar bien al mecanismo. A partir de ahí, empecé a usar plantillas, lo que modifica el cuerpo quiera o no, y no he llegado a estar libre de molestias. Nunca me he sentido cómodo. Ahora seguimos haciendo pruebas para ver si damos con la tecla y consigo librarme de las molestias.

¿Los médicos qué le dicen? ¿son optimistas?

Después de las dos últimas roturas, me han aconsejado que para competir tenga más calma. Tras salir de esa fascitis plantar, me tocó entrar por circunstancias en una posición en la que apenas había entrenado, lo que no ayuda a que los músculos trabajen bien y provocan roturas. De aquí al final de Liga el objetivo que me marco es seguir entrenando, encontrar una continuidad. Y si estoy sin molestias, volver a competir.

¿Creen que se va a poder recuperar al 100%?

Siempre estamos en lo mismo. Yo en cada lesión miro al futuro y confío en que van a llegar tiempos mejores. Pero la realidad es que esos tiempos mejores no han llegado y esta temporada me la he pasado también prácticamente en blanco. No puedo quedarme mirando atrás. Tengo que ser optimista y mirar hacia adelante. Los médicos saben que soy joven, que me queda mucha carrera, pero hay que solucionar esos problemas para estar libre de molestias.

¿Le aconsejan otro tipo de tratamientos?

Hemos acudido a grandes especialistas a nivel estatal. Más o menos todos coincidían con la misma opinión que teníamos aquí. Pasar por el quirófano o acometer una acción más agresiva se ha descartado, porque conlleva sus riesgos y nadie te asegura que vas a recuperarte al 100%. No ofrece las suficientes garantías. Por lo tanto, yo me centro en seguir trabajando y en encontrar esa comodidad y seguridad en la pisada. Y también me centro en alcanzar una regularidad en los entrenamientos de uno o dos meses que me pueda ayudar a sufrir menos al volver a competir.

¿Cree que se acertó en 2008 con el tratamiento elegido o le quedó un mal sabor de boca?

La lesión fue muy compleja. Después de pasarme ocho meses en el dique seco sí que me pregunté que si se hubiese puesto una cérula o hubiese pasado por el quirófano, quizá habría estado recuperado en tres meses… Te queda esa duda. En ese momento se decidió hacer el tratamiento conservador, pero a los tres meses notaba que el tobillo no respondía y no estaba bien. Se formaron una especie de durezas que limitan el movimiento del tobillo. Pero, bueno, una vez pasado es muy fácil hablar; en el momento había que tomar decisiones y seguro que era complicado.

¿Cuántas veces se ha acordado de la jugada contra el Alavés en la que, además, remata al larguero?

Unas cuantas. Cada temporada viene nueva, empiezas con ilusión, pero en las dos o tres últimas campañas no he podido arrancar jugando.

¿La fascitis plantar de esta campaña también está relacionada con el tobillo?

Sí, todo. Yo noto que me ha cambiado la pisada, la forma de correr… Todo. No sabemos exactamente, pero puede estar ligado. El sufrir molestias y roturas musculares supone un golpe tras otro. La última fue un mazazo increíble, porque venía de jugar tres partidos seguidos y me lesioné el isquio. Y cuando estaba recuperándome enseguida me lesiono el sóleo de la otra pierna. Es cuando te preguntas ¿esto cuándo se va a acabar? No queda más que mirar adelante y pensar en jugar algo en lo que queda de año.

¿Psicológicamente cómo se encuentra?

Hay días. No estoy todo el tiempo dándole vueltas. Sobre todo son malos los días que te lesionas y vuelves al gimnasio tú solo. Son muy duros porque piensas de todo. Piensas ¿qué hago? ¿Paso por el quirófano? Te planteas mil preguntas en tu cabeza que no tienen respuesta. Luego también sufres cuando ves desde la grada los partidos y sientes una envidia increíble. Ver la temporada que estamos haciendo y no poder estar ahí con los compañeros… Pero no se puede estar mirando atrás todo el rato, cabizbajo. Tengo que ser optimista, pensar que soy joven y que me tengo que poner bien. Me voy a levantar con más ganas y el día que no tenga ya molestias me sentiré todavía con más fuerzas.

¿Qué día tocó fondo?

Creo que ha sido con esta última lesión. Cuando me lesioné después de jugar los cuatro partidos, aunque fue duro, al final había podido disfrutar de minutos y había competido, por lo que estaba contento y era diferente. Pero luego ponerme a entrenar de nuevo y volver a caer lesionado con una rotura fibrilar por unas molestias que arrastraba… Los dos días siguientes fueron de llegar a casa hecho polvo y no querer salir.

¿Muchas lágrimas en la soledad?

Alguna que otra. No sentir ganas de hablar con nadie, porque al final es un tema que lo sufres tú, pero no lo quieres recordar con nadie. Luego llega un momento en el que pienso que debo superarlo y pensar que no es una cuestión que no tiene solución, sino que son lesiones menores que evitan que tengas continuidad y te van minando.

En un momento de debilidad, ¿ha llegado a pensar que no puede seguir así y que hasta aquí ha llegado en el fútbol?

No, soy joven. No es lo mismo tener muchas lesiones cortas, de grado I, que te cortan dos semanas, aunque notas que algo no te funciona en el cuerpo, que sufrir varias operaciones de rodilla por los ligamentos cruzados. Eso te puede llegar a hacer pensar que tienes la rodilla muy mal y que no puedes jugar más, pero en realidad yo me veo capacitado y sé que puedo rendir al 100%; sentirme futbolista. En eso estamos, probando con plantillas, o sin ellas, para ver cómo podemos ayudar a mi cuerpo.

¿Siente el respaldo del club?

Sí, en todo momento.

¿Con psicólogos también?

No, tanto el cuerpo técnico como la dirección han puesto todos los medios para buscar soluciones y eso a mí me tranquiliza. Comprobar que no paran de pedir opiniones fuera y que más o menos todos corroboran lo que estamos haciendo me da confianza.

Aperribay y Montanier siempre han demostrado una gran fe en sus posibilidades.

La verdad es que yo siempre he sentido la confianza del club. El míster también me ha dado oportunidades cuando he estado bien. Eso me da mucha moral.

¿Esto le frustra aún más?

No, no creo. Lo importante es estar bien de salud. Luego siempre es mejor gustarle al entrenador, pero lo que yo más valoro ahora es recuperarme para estar disponible y que pueda decidir si juego o no.

Hay un compañero que pasó casi por el mismo infierno que usted y que, sin embargo, esta campaña está viviendo su mejor momento, que es Markel. ¿Se lo toma como referencia?

Markel siempre está encima mío y me da consejos sobre algunos especialistas a los que ha consultado o sobre cosas que se pueden probar. Está claro que cada caso es diferente y hay que tratarlos de distinta forma. También probó con plantillas y cuando se las quitó, notó mucha mejoría, que su cuerpo trabajaba mejor. Siguiendo sus consejos, yo también voy probando cosas y veremos cómo se adapta el mío. Zurutuza también vivió un caso parecido al mío. Los dos lo pasaron mal y ahora están pletóricos. A ver si seguimos sus pasos…

El destino le ha unido mucho a Markel, ya que por momentos parecieron los patitos feos de la plantilla.

Hemos tenido nuestros más y nuestros menos. La carrera de un futbolista es larga y en ella se viven momentos mejores y peores. En mi caso particular, lo que me da pena es no haber tenido continuidad. Cuando hemos estado disponibles lo hemos hecho lo mejor que hemos podido; a veces mejor, otras peor y con mejor o peor resultado…

¿Le agobia no haber conectado con la afición como otros compañeros?

No, no me agobia. Al final cada uno debe tener la conciencia tranquila con lo que hace y con lo que es. Si tú lo das todo en el campo y transmites lo que tienes, hay una dirección que es la que decide si tienes que jugar o no para ayudar al equipo. Yo sé que siempre lo he dado todo cuando he jugado.

¿Se siente querido?

Sí. Es difícil ser del gusto de todos y habrá gente a la que le guste tu juego y otra a la que no. Nuestra profesión es así. Conocemos lo mediático que es el fútbol y lo que provoca. Tenemos que aceptarlo, aunque siempre con la conciencia tranquila por haberlo dado todo.

¿Le preocupa el debate de, si se puede llamar así sin asustarle, los pro-Elustondo y anti-Elustondo?

No, no sé. No sigo mucho lo que se dice. Entiendo que pueda existir ese debate, pero al final al que tienes que convencer es al entrenador y al club.

Y este año ha vuelto a jugar y a destacar de central, una posición que muchos defendemos que se ajusta a la perfección a sus posibilidades…

Es una posición en la que ya ha había jugado antes en categorías inferiores. Al tener conceptos de mediocentro siempre se dice que es más fácil retrasar la posición. En el centro del campo debes tener los sentidos alerta en los 360 grados, mientras que en la defensa juegas de cara y no tienes a nadie atrás. Es cierto que tienes que estar más listo para hacer coberturas o en otros movimientos. No me desagrada y jugaré donde se pueda.

¿Usted también alucina con la marcha del equipo?

Sí, sobre todo se ve que hay una inercia positiva y una gran confianza en el día a día y en los partidos. Estamos haciendo un fútbol bueno y bonito, pero también hay muchos puntos que hemos sacado sin jugar tan bien, siendo eficaces. Eso se nota y repercute en la gente de arriba, entre la que contamos con mucha calidad. La verdad es que la temporada está saliendo redonda.

¿Cómo ve las opciones de entrar en la Champions?

No se descarta nada. Somos el mejor equipo de la segunda vuelta y seguimos notando muy buenas sensaciones. Si quedase otra vuelta entera habría que hablar con más calma, pero a falta de diez jornadas debemos aspirar a ello, porque el Valencia y el Málaga tienen que pasar por Anoeta y lo pueden pasar muy mal.

Regreso a usted. De aquí al final de campaña, fechas o números que se marca.

En otra situación respondería que me gustaría ir convocado para el próximo encuentro en Cornellá, porque ya estoy recuperado de la rotura y hago cosas con el grupo. Pero vista mi carrera, con las roturas que estoy sufriendo, prefiero encontrar la continuidad necesaria en los entrenamientos antes de pensar en reaparecer. Cuando me entrene al 100% y vea que puedo competir al 100% volveré a hablar con los médicos y el cuerpo técnico y decidiremos. Estando a medias no voy a volver.

Se viste de corto, se pone las botas y… ¿Tiene miedo?

No, no lo tengo. Cuando comienzo a sentir según qué carga muscular sí que siento respeto, sobre todo cuando estoy haciendo acciones intensas en los entrenamientos. Algunas roturas las he sufrido sin realizar movimientos bruscos, por lo que a veces te crea más o menos miedo. Estamos intentando solucionarlo, haciendo entrenamientos menos largos que mis compañeros, por ejemplo, para no tener que parar.

Y sale al campo, recibe el balón y… ¿Tiene dudas?

No, la lesión es un tema más mental. Aunque está claro que siempre te sientes más libre para hacer las cosas bien cuando no tienes ninguna carga, porque si la sientes piensas en el fútbol y en la carga. A ver si consigo llegar al 100% al final de la temporada.

Iñaki de Mujika