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La huelga de los chicos altos

Los jugadores de baloncesto de la ACB anuncian huelga si la patronal no da respuestas positivas a sus reivindicaciones y arregla algunos asuntos pendientes que no gustan al colectivo, justo en el momento en que se disputan los play-off por el titulo.

 

 

Lo primero que debo decir para que nadie se confunda ni mal interprete es que están en su perfecto derecho de plantarse y adoptar las disposiciones que entiendan para lograr su mejor status profesional. Es legítimo. Por eso, hace años constituyeron una asociación desde la que coordinarse, hacerse fuertes y negociar el convenio que les regula.

Dicho esto parece, cuando menos llamativo, que soliciten mejoras salariales en tiempos en los que las cosas no caminan por esos derroteros. El basket, como otros deportes, no está para cohetes y menos para aumentar presupuestos y gastarse lo que no tienen. Los jugadores de aquí tienen la mala suerte de pertenecer a un deporte en el que predomina, a pesar de los cánones de participación, una mayoría importante de extranjeros.

Casi todos provienen de Estados Unidos. Están en el mercado y constituyen la base decisiva del juego y de los encuentros. Predominan los pivots norteamericanos, que son los más caros y los que determinan buena parte de los presupuestos de los clubes. Si los mejores de aquí se van fuera, y desde fuera llegan los que marcan la diferencia, la mayoría silenciosa de los jugadores nacionales no es la fuerza dominante, aunque su concurso sea obligatorio.

La ABP, los jugadores reclaman un incremento del salario mínimo, que en la actualidad está en 25.000 euros, y doblar la actual cobertura del Fondo de Garantía Salarial, así como la agilización de sus trámites.

También exigen la pérdida del derecho de tanteo para aquellos clubes que no se hallen al corriente de pago, y la libertad de contratación, “sin restricción alguna, para aquellos jugadores que decidan extinguir su contrato con arreglo al Real Decreto 1006”. Piden, asimismo, un “incremento de la oferta cualificada previa al ejercicio del tanteo del 55 al 100% (la ACB acepta sólo el 65)”, así como “la exclusión de la competición de aquellos clubes que recurran al procedimiento concursal”.

Complicado!

Iñaki de Mujika