Iñaki de MujikaEl Éibar ya está en Segunda División. Ha disputado una fase de ascenso espléndida. Comenzó en Alcoy y acaba de terminar en Hospitalet, sin perder un partido y con mucha solvencia en casa y lejos de Ipurúa. Ha marcado en todos los desplazamientos y cierra un ejercicio inolvidable.
Se empieza a asentar una idea que se relaciona con las gestas. Una gran Copa, firmando sorpresas, concluye el año con ascenso. Hace cuatro el Real Unión protagonizó una machada en el Bernabeu eliminando al Real Madrid. Ese mismo año subió a Segunda. Un año más tarde el Alcorcón calcó las actuaciones y el resultado final.
Ahora son los armeros, quienes después de haber eliminado al Athletic en San Mamés, logran recuperar plaza en la categoría de plata. Es decir, que los conjuntos que son capaces de demostrar su valía ante equipos superiores, en escenarios que presionan mucho, concluyen el ejercicio con un premio gordo.
Otro punto a destacar debe referirse a Gaizka Garitano, entrenador debutante en la categoría. Puede que dentro del club existieran reticencias a la hora de ofrecerle la dirección del equipo. Se impuso el criterio de quienes confiaban plenamente en la capacidad del técnico del Derio. El papel del equipo les refuerza indudablemente. No existen dudas al respecto y seguirá siendo el entrenador la próxima temporada.
El fútbol vasco pese a las dificultades sociales y, sobre todo, económicas, mantiene tres equipos en Primera, dos en Segunda con los ascensos de Alavés y Éibar, más unos cuantos en Segunda “B”, categoría a la que ha ascendido el Laudio, club que lleva unos años haciendo las cosas bien y alcanzando el premio que merecía.
Con estos resultados y este final concluye el ejercicio. Ni tan mal. No ha sido una mala temporada y debe valorarse el esfuerzo de tanta gente para hacer posibles los proyectos y mantenerlos con decoro.
