Iñaki de MujikaHe hablado muchas veces de Rafa Nadal en este pequeño espacio de opinión. Siempre hay motivos para ello, incluso en los momentos de dificultad. Es pura ambición. Se entrena y se prepara para competir y entiende que eso es tratar de ganar en todas las circunstancias sea cual sea el nivel y la trascendencia del torneo. Como se dice en el argot es un “animal competitivo”.
Su trayectoria es irrefutable. Lo ha ganado todo y no se cansa. Otros en su lugar, llenos de éxito y con el futuro resuelto, hubieran bajado la guardia, se hubieran dejado llevar dejando que el tiempo les jubilara de las pistas con más o menos velocidad.
Aquí, no. Aquí nos encontramos con un tenista que las pasó de a kilo, que tienes las rodillas afectadas por el esfuerzo, que no estuvo lejos de tener que abandonar, pero se empeñó en seguir y dedicó las horas y esfuerzos necesarios para volver a la pelea como siempre.
La madurez, pese a su juventud es un grado. Dosifica la entrega, sin que ello vaya en menoscabo del rendimiento. Este año ha disputado finales como churros. Las ha ganado todas y sólo quedó lejos del premio en Wimbledon, en donde otra lesión le impidió hacer camino. Tras el necesario descanso, volvió a los escenarios para imponerse en Montreal y Cincinnati a los rivales que le tocaran en suerte,
Parecía lejos de la cima en la clasificación ATP, pero ha vuelto a recuperar terreno perdido y ya está en la segunda plaza, sin perder de vista la posibilidad de asaltar la primera que pertenece a su principal rival Djokovic. Se van a ver las caras en el Open USA dentro de un par de semanas. De lo que allí suceda dependerá el ranking futuro, pero pase lo que pase hay una cosa clara. Nadal no dará el brazo a torcer hasta que no pueda más.
Antes sólo gobernaba en la tierra batida, luego ganó en la hierba y ahora se defiende con plenas garantías en superficies rápidas y sintéticas. Un todo terreno que arrasa por donde pasa sin decir una palabra más alta que la otra y ganando al público que le adora. Muchos deportistas de otras modalidades le valoran en grado sumo, porque saben de sobra que llegar es difícil y mantenerse en el éxito, más. Se prepara un asalto.
