Iñaki de MujikaPermitirán ustedes que escriba de una cuestión domestica que afecta a los seguidores de la Real Sociedad empeñados en acudir con su equipo al Teatro de los Sueños, el Old Trafford del Manchester United. Faltan cuarenta días para que ese partido se dispute y hay algo así como una fiebre colectiva de consecuencias poco calculables.
Ya en la fase clasificatoria frente al Olympique de Lyon quien más quien menos se buscó la vida por su lado. El cómodo desplazamiento propició que cerca de seis mil seguidores acompañaran al equipo a cancha francesa. Ahora todo se complica porque Inglaterra está más lejos y porque las entradas son las que son.
Durante dos noches se han dado cita decenas de aficionados, haciendo cola, para obtener un resguardo que les facilita en su momento canjearlo por entradas. Así 1.600. Luego, la organización de la agencia de viajes que colabora con el club y que ha diseñado distintas propuestas para los seguidores.
La tercera vía la encontraron, como la última vez, gestionando directamente con el club inglés la adquisición de las entradas, Ahora, parece que todo se les ha complicado porque lo que ellos han comprado no tiene valor y deben resolver directamente con el club de Manchester una nueva ubicación. Es decir, deberán hablar en inglés con el webmaster de turno y tratar de encontrar una respuesta al problema que se les plantee. Pagan las entradas, pero no disponen de ellas. Un galimatías en toda regla.
Más allá de la metodología elegida para dispensar las entradas por la línea oficial, llama la atención que en tiempo de crisis y a precios que no están al alcance de todos, se produzca semejante aluvión de personas que aspiran a viajar y ver un partido de fútbol inolvidable, porque será la primera vez que la Real juegue en Old Trafford, un estadio emblemático en la historia del fútbol, un sueño de una noche de octubre que afecta a todos.
Incluso, los futbolistas reconocen que es difícil evadirse del runrún de la calle, del fervor de los aficionados que no se preocupan en absoluto del partido de este sábado ante el Levante. Si el equipo pierde la perspectiva se meterá en problemas.
