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Adictos al podio

Tom Martín, Wiggins y Cancellara siguen siendo los ciclistas más rápidos del mundo. Y más técnicos, porque en una prueba contrarreloj se sumar dos conceptos inseparables: la postura aerodinámica sobre la bicicleta y la fortaleza de piernas. Luego, entran factores no controlables pero que existen: la inteligencia, la forma de administrar las fuerzas, el modo de afrontar los distintos tramos del trazado que te exigen el máximo durante una hora de carrera.

Eso ha sucedido en la prueba del mundial, donde los tres favoritos suben al podio con una diferencia entre los tres que no alcanza los cincuenta segundos después de cincuenta y siete kilómetros por tierras de la Toscana italiana. Ellos mismos, adictos al podio, hace dos años acabaron la prueba del mismo modo. No es casualidad. Como tampoco el hecho de que por tercer año consecutivo el corredor alemán Tom Martin se proclame campeón.

 

Los ciclistas están acostumbrados a los esfuerzos, incluso ahora al final de la temporada cuando se acumulan los cansancios y las dudas sobre el futuro particular de cada uno de ellos. Mientras un grupo de corredores no duda, otro ignora qué colores va a defender la próxima temporada, porque el panorama no es para nada halagüeño.

En medio de estas sensaciones, coincide el hecho de no poder ver por televisión una cita tan importante como un mundial. Se hace raro coger el mando y por mucho que zapees no encuentras un canal que te ofrezca la cita. Flaco favor a los patrocinadores.

Quizás estamos mal acostumbrados, porque sabemos que cualquier evento de nivel siempre está al alcance de los espectadores. En este caso, no. Y es una pena porque aquí participan hombres y mujeres de todas las edades y categorías. La realidad y el futuro del deporte a nivel mundial.

El domingo concluirá una semana de apoteosis para muchos. Luego, sólo quedarán algunas clásicas del norte y la habitual cita de China. Cuando todo acabe, se abrirá ese largo capítulo de rumores y realidades que esta temporada, tristemente, pillará de cerca a muchos de nuestros ciclistas, mucho más preocupados ahora por su futuro que por la competición.

Iñaki de Mujika