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Cuestión de estilo

Los que seguimos el deporte sabemos que la cuerda se rompe muchas veces por el lado más débil. Sin duda, esta parte corresponde a los entrenadores que están acostumbrados a críticas y ceses. Pertenece al guión. Por eso, cuando te encuentras con una situación excepcional o atípica merece la pena destacarse.

Hablo ahora de remo y del club de Hondarribia. Al finalizar la temporada, Mikel Orbañanos, reconocido preparador y parte muy importante del proyecto en la Ama Guadalupekoa, comentó a los suyos y a sus dirigentes que estaba pensando seriamente desconectar, al menos un año, porque la temporada había sido muy exigente y necesitaba descanso.

El presidente de la entidad Joxemi Elduaien le escuchó como tantas otras veces y le dejó quince días para que encontrara la pausa necesaria antes de volver a sentarse en una mesa y reflexionar. Paralelamente, el equipo ha sido homenajeado por otros clubes y en diversos escenarios en los que Orbañanos comprobó (no faltó a ninguna cita) que el color verde de su equipo conlleva sentimiento, compromiso y agradecimiento.

Esas muestras de cariño y la capacidad de reflexión y convencimiento por parte del presidente han obrado un pequeño, o gran, milagro para cautivar al preparador oriotarra y dejarle claro una vez más que su futuro pasa por las orillas del Bidasoa. Larga conversación sin duda, análisis real de la situación, nuevo proyecto y punto de partida para lo que venga. Renovación de calado y confianza por todas las partes, porque el nuevo compromiso se firma por cuatro temporadas.

Es decir que a los doce años que Orbañanos lleva en Hondarribia se le van a añadir cuatro más. Record absoluto de permanencia en una entidad. Comentaba al principio que la cuerda se suele romper por el lado más débil, En este caso, la soga ni aprieta ni ahoga. La buena relación y la confianza siguen intactas más allá de los resultados. Remeros en su mayoría de casa, confianza en los jóvenes, apoyo popular y un estilo propio determinan las bases de una travesía en la que las personas cuentan por su valor. 

Es decir que Hondarribia Arraun Elkartea mantendrá el compromiso con sus señas de identidad, más allá de los puestos, las banderas y los éxitos. Los pequeños detalles y las personas hacen una entidad diferente y atractiva. Los remeros son parte importante del quehacer de cada día. Se mueven entre la pasión el sentimiento y la fidelidad a unos colores que representan. En tiempos en los que sólo se habla de dinero, aquí no hay ni contratos, ni primas, ni sueldos, ni nada. Son un oasis de orgullo en el actual desierto.

Iñaki de Mujika