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Las cosas de la vida y del querer

Ni he escrito, ni dicho una sola palabra de Xabi Alonso en este tiempo en el que se ha hablado tanto de él y de su futuro deportivo. Creo conocerle como a otros deportistas de primer nivel que son capaces de guardar silencio, mantener la distancia, y ser ellos los que decidan dónde, cómo y cuándo. No tienen prisa porque saben que el mango de la sartén les pertenece y lo agarran con firmeza. Por eso, no hice caso a los rumores vinieran de donde vinieran y apuntaran a quien apuntaran.

Item más, cuando se aseguraba que el chico compra piso en Donosti y que matricula a sus hijos en un centro escolar y no sé cuántas cosas más que abarcaban toda la dimensión del espectro deportivo y personal del tolosarra. El gran público, los aficionados, a la vista de lo que se publica, se van haciendo una composición de lugar y terminan por creerse que la historia terminará de una manera concreta. En este caso ha sido divertida según la geografía.

En Madrid daban por hecho que no seguía porque no entienden que un jugador prolongue el tiempo de espera hasta decidir sin atender a las posibles razones por las que se produce la demora. A partir de ahí, especulaciones. Que como se lleva estupendamente con Mourinho, se iba al Chelsea a liderar su proyecto. Que como disfrutó tanto de la experiencia en el fútbol inglés, su destino estaba en la Premier. Que como estaba muy agradecido a la Real y es su camiseta la que más siente, volvía a casa para retirarse en el club de sus amores.

Conoces la respuesta final en donde parece imponerse el sentido común, más allá de otras valoraciones. Quiere ganar la Champions con su actual equipo y engordar aún más su espectacular trayectoria, plagada de éxitos. Es el futbolista guipuzcoano más laureado de la historia y posiblemente cueste mucho encontrar otro jugador que en el tiempo se le pueda equiparar. Nuestra suerte se relaciona con la posibilidad de verle jugar y hacer del manejo del balón y de los espacios un espectáculo.

En octubre de 2012 compartí mesa con tres personas que conocen los entresijos de la Real y que suelen estar muy bien informados de realidades y proyectos. La comida dio de sí lo suficiente como para hablar largo y tendido de muchos asuntos. Planteé la posibilidad de un retorno de Xabi cuando concluyera su contrato. La reflexión fue larga y, aunque habitualmente dejo siempre un haz de duda, entendí que había razones poderosas como para que eso no sucediera.

Se articulaban en dos direcciones, Una se relacionaba con la economía que entonces era bastante menos saludable que ahora. La otra se refería al hecho deportivo, a lo que supondría traer un jugador cuya presencia “mataría” la evolución de los jóvenes como Rubén Pardo, Illarra o el propio Markel Bergara. Era obvio pensar que si volvía a la Real iba a ocupar plaza de titular indiscutible,  Y como ese mismo razonamiento fue una respuesta de Loren un año antes, comprendí que el retorno era casi una misión imposible.

Entonces jugaba la Real un amistoso de verano en Azkoitia y a la vista de la composición de la plantilla le comenté que faltaba un medio enganche. Le propuse un nombre con el que podía estar de acuerdo, pero la tentación de fichar estaba por debajo del respeto a la filosofía diseñada. “Si traigo uno, mato a tres” fue la respuesta contundente a mi opinión. Por eso, como las situaciones coincidían aparqué el asunto y permanecí a la espera de acontecimientos.

La Real no puede competir con dinero sino con sentimientos en casos como éste. Puede preguntar, interesarse, pero sabe que lo tiene difícil. Más allá de la decisión final adoptada, no creo que sea lícito poner en duda el comportamiento y la fidelidad de Xabi con el club en momentos de zozobra, cuando las cosas estaban en situación ruinosa. Su actitud fue entonces de suma lealtad con la entidad ofreciendo un respiro cuando más se necesitaba. Tanto en el momento de su traspaso a Liverpool como en el concurso de acreedores.

Hasta aquí llego. Hay por delante dos años más hasta que vuelva a concluir su contrato. En ese tiempo pueden pasar muchas cosas, pero seguro que a medida que llegue la fecha de la extinción volverá a cargarse de rumores la órbita futbolera, salvo que los corte de raíz, cosa que en este caso reciente no se ha producido. Son las cosas de la vida y las del querer.

Paralelamente, la Real sigue enfrascada con el Villarreal, obligada a permanecer en tierras levantinas para preparar un tercer partido que es el más decisivo de los tres que nos han ocupado. Tanto en el primero como en el de anoche quedaban oportunidades posteriores. El jueves, no.

P.D.- La elección del Balón de Oro en Zurich confirma el folklore en el que se ha sumido este acto que necesitará en próximas ediciones pañuelos para secar lágrimas. Profusión de pajaritas, colores, vintage futbolero y una presentadora como Fernanda Lima, cuyo escote está vez fue más recatado que en actuaciones precedentes. Por lo visto, algunos países pidieron por favor que enseñara menos.

 

 

 

 

Iñaki de Mujika