Terminé de ver el partido que disputaban Artola y Albisu en el frontón de Bergara cuando las manecillas del reloj señalaban la media noche. Miré por última vez el ordenador. Ningún correo interesante en mi cuenta de email y ninguna noticia oficial en la web txuri-urdin. Así que, sin sobresaltos, fui bajando persianas, apagando radiadores y luces antes de meterme en la cama. Limpieza de piños y al edredón.
Es imposible que duerma sin encender la radio y escuchar de fondo el programa que sea, con el volumen en su justo término, sin molestar y ayudando a que los párpados se cierren y la cabeza deje de dar vueltas. En esas estaba cuando el locutor de turno anuncia que a ultimísima hora la Real, según la LFP, incorporaba a un chico sueco del AIK Solna que atiende por Bahoui. Pensé en los compañeros de prensa escrita porque a esas horas de la noche hay un verbo que define la situación perfectamente, o un sustantivo que acaba en onada, que es lo mismo.
Pocos minutos después el mismo locutor anuncia que el fichaje no se lleva a cabo porque los suecos se han hecho los idem y renuncian a cerrar la operación. Vuelvo otra vez a acordarme mucho más de quienes tratan de cerrar la edición de este medio, pero ahora obligados a levantar una página y completarla con otra información mientras la rotativa espera y las prisas no exentas de tensión se convierten en una presión añadida.
A la espera de que alguien de la santa casa aparezca en una mesa y cuente la historia ante el respetable, caben de entrada dos conclusiones rápidas. La LFP se precipita y hace el ridículo (uno más) anunciando lo que, a lo visto, no se ha producido. Mucho más grave aún es el hecho de que la filtración producida levanta la liebre de un futbolista al resto de entidades. Esa gravedad dependerá del comportamiento en las próximas horas del club sueco en relación con el jugador. Si lo traspasa a otra entidad continental, les clasificaremos donde corresponde, pero si sigue en sus filas? date por jodido. Daños y perjuicios.
La otra parte se relaciona con la Real. Sería bueno, por salud e higiene, que alguien apareciera ante los micrófonos y contara quién negocia, quién decide los fichajes, quién determina las inversiones y a quién corresponde la responsabilidad en cada situación, aunque solo sea por aclarar el paisaje y el paisanaje. Cansa bastante, por aburrido, que siempre el culpable sea el mismo y a lo mejor tenga poco que ver, o nada, en el asunto. Si en este club que nos ocupa no existieran Loren y Elustondo, el mayor, necesitaríamos un Taigeto como el de los espartanos.
Así que mala y decepcionante gestión si pretendían lograr adquisiciones. Ni refuerzos, ni fichajes. Lo único concreto, que no es poco, deja una plantilla con lesionados, dos más en Chamartín, que deben recuperarse para sumar y con futbolistas que deben dar un paso al frente y competir más y mejor. Y si además el entrenador consigue de ellos que el rendimiento y el número de puntos y victorias sean mayores, estaremos en una situación necesaria de agradable confort y no la actual que deprime.
En esa dirección el partido del Bernabéu no llamaba al optimismo por mucho que faltara Ronaldo. Lejos de Anoeta la Real ha dado pena todo el año y, aunque se adelantara con un golazo de Aritz Elustondo, el resto siguió un guion triste que empezó a escribirse cuando se conoció el accidente en el que fallecía un chaval que viajaba con sus amigos a Madrid para animar al equipo que llevaba en su corazón.
Después siguió con las lesiones de Vela y Canales, con errores impropios de un equipo profesional y con una falta de tensión y competitividad que dan que pensar y preocupan a quienes asistimos a este despropósito en el que está sumido el equipo y no sé si la entidad. Sé que estos partidos son poco accesibles y en ellos abría y cerraba paréntesis, pero las sensaciones que el equipo ofrece no llaman ni al optimismo, ni a la esperanza. La vida sigue igual, pero más triste por la muerte de un joven. Brazaletes negros, minuto de silencio y partido decepcionante. Solo Rulli cumplió como se exigía.