El Beaterio de Iñaki de Mujika

Siempre no es domingo

Carlos Vela habló esta semana ante los medios. No es de los más asiduos en comparecer. No le gustan los diálogos públicos con los periodistas, ni conceder entrevistas, ni aparecer en los papeles. Prefiere los silencios. Es necesario también reconocer que cuando decide responder a las preguntas, siempre deja perlas y sus declaraciones no pasan desapercibidas. Podríamos decir que sube el pan.

Esta vez se refirió a su futuro, al año que le queda de contrato y al cumplimiento del mismo: “Sí, seguramente”. Hubo sonrisas entre los reporteros que cubrían la rueda de prensa, del mismo modo que el mexicano enseñó su nacarada dentadura en complicidad coral con quienes preguntaban. En los programas de radio y en la prensa escrita nos hicimos eco de la respuesta y tratamos de entender qué quiso decir entre líneas. ¿Seguirá más tiempo defendiendo la camiseta realista más allá del vigente contrato?

El día después, aprovechando un acto protocolario en la Diputación, le preguntaron al presidente Aperribay qué le parecían las declaraciones. Le sorprendió que nos sorprendieran. Lo mismo que a mí, que me sorprende que el presidente se sorprenda de que nos sorprendamos. Como si Carlos Vela fuera un cromo fácil. Bastaría repasar la relación del club con el futbolista y todas las dificultades del camino. Cesiones, contratos, traspasos, fichajes, rumores, selección nacional de su país? amplio y puro baño de realismo que nos ha mantenido ojo avizor.

Y eso no se refiere para nada a sus condiciones como futbolista, a todo lo que ha dado al club, al juego y a los goles. El día en que la entidad deba plantearse su sustitución, no será fácil encontrar un futbolista tan eficaz y completo como él. Cuando las condiciones físicas le ayudaron y los entrenadores le entendieron (no muchos) dio lo mejor de sí. Entonces siempre era domingo.

Inmersos como estamos en una pelea por alcanzar plaza europea, su concurso y el de los demás es decisivo siempre que no aparezcan en el horizonte desastres arbitrales que incidan en la clasificación y la adulteren. Al Villarreal le regalaron el sábado dos puntos gracias a un gol increíble marcado con la mano y que lo vieron todos menos los que lo debían ver y anularlo. Huele a escándalo. Lo mismo que en el Bernabéu se la jugaron al Bayern o al PSG en Barcelona, en donde siempre no es domingo. La Juve salió intacta.

En domingo jugó la Real (y ganó), a esa hora poco atractiva de las doce y que no suele darnos buenas noticias. Se enfrentó al Depor de Pepe Mel que se sentó en el banquillo contrario al que hubiera preferido hace unos cuantos meses. ¿Qué hubiera sucedido si en lugar de venir quien vino, hubiera sido él finalmente el elegido? Deja volar tu imaginación y llegarás seguro a alguna conclusión.

La misma a la que llegamos todos. Hoy convivimos con otro entrenador, con distintas ideas y muy fiel a sus principios. Gusten o no. Obviamente, desde las coordenadas habituales, no esperábamos una alineación diferente a la que inició el encuentro. Nos pudo sorprender más la decisión de los gallegos que se decidieron por un equipo ofensivo, quizás porque Pepe Mel recordó aquel partido loco, también en Anoeta, que concluyó con empate a tres cuando gestionaba al Betis hace cuatro años. Sin embargo, no hubo ni atisbo de ida y vuelta, porque los de Riazor apenas inquietaron a Rulli.

La Real debió sentenciar en la primera parte y evitarnos el sofoco de la segunda. Jugó bien, abrió el juego, presionó, robó balones hasta hartarse pero no amplió la diferencia y eso siempre es peligroso. El descanso nos desenchufó y tal vez el equipo pensó en el inmediato futuro. Dispuso también de oportunidades para rubricar. Una de Oyarzabal, el poste de Canales, por poner dos ejemplos. Pero pudo dejar de ser un buen domingo si el remate de Borges no sale centradito al medio de la portería del cancerbero txuri-urdin. Los partidos hay que cerrarlos, más ahora que el margen de maniobra es pequeño. Jugar con fuego de quemar puede resultar peligroso. Nadie concede nada y los equipos aprietan sin tregua. Final de liga no apto para cardiacos.

Una parte, no pequeña, de las opciones europeas de la Real pasan por el encuentro de esta noche en Ipurua. Otro cuerpo a cuerpo de aspirantes a lo mismo. Siempre no es domingo, porque ahora también se disputan partidos los lunes. Lo que suceda hoy en cancha armera puede orientar o desorientar. Según se mire. Estamos en semana de tres encuentros. Comienza con buen pie porque se suman tres puntos. Nos esperan Mestalla y el Granada, el sábado a la una, para que no nos falte de nada ante el conjunto nazarí. Si salimos enteros y con buena nota, todo se verá más claro.

Iñaki de Mujika